El exterminio de los cautivos del Ejército Rojo
- La Wehrmacht tenía muy claro a qué escala podía esperar capturar a las tropas soviéticas, pero aun así descuidó los preparativos necesarios para alimentar y alojar a unos hombres que los planificadores económicos y los jefes militares consideraron que serían competidores directos de las fuerzas armadas en lo que a víveres se refiere. Las obvias limitaciones a su libertad de movimiento y la relativa facilidad con la que grandes cantidades de ellos pudieron ser segregados y sus raciones controladas fueron factores cruciales a la hora de explicar la muerte de más de tres millones de prisioneros de guerra soviéticos, la inmensa mayoría de ellos como consecuencia directa o indirecta del hambre y la desnutrición. El proceso se inició con un claro desinterés por encargarse debidamente de aquella gente, pero con la llegada del otoño derivó en la decisión clara y meditada de matar de hambre a todos los que no pudieran aportar su trabajo a la economía de guerra o a los ejércitos alemanes.