Gespiegelte Fassung der elektronischen Zeitschrift auf dem Publikationsserver der Universität Potsdam, Stand: 20. April 2010
Originalfassung zugänglich unter http://www.hin-online.de

HiN - Internationale Zeitschrift für Humboldt-Studien (ISSN: 1617-5239)

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Michael Zeuske

Humboldt en Cuba, 1800/1801 y 1804 - Huellas de un enigma

Resumen

No tenemos parecidas noticias sobre el recuerdo local en cuanto a Humboldt como lo tenemos en el caso de las cartas de Ferdinand Bellermann en Venezuela. Lo que si tenemos son las fuentes en Kraków que demuestran el gran impacto de Humboldt entre la élite política y económica en la Habana (1800-1830) y a la vez sus redes de comunicación. En la historia intelectual de Cuba el nombre de Humboldt esta intimamente ligado con el cosmopolitismo de las élites hispano-cubanas (Arango, conde Villanueva, Sagra, Saco) como con el concepto de la nación cubana (Luz y Caballero, Vidal Morales y Morales, Leuchsenring, Ortiz, Barnet y otros). Los últimos ganaron la hegemonía discursiva e hicieron a Humboldt “suyo” (“segundo descubridor de Cuba”), aunque este Humboldt eurocriollo para ellos también tenía la función de impedir cambios fundamentales en el sistema de esclavitud o comportamiento frente a los problemas de la post-emancipación en Cuba.

* * *

“Main Leben sucht in meinem Schriften” [sic][1]

Introducción: Humboldt y Cuba

En este artículo analizaré tres tipos de huellas: Los lugares, los contactos personales de Humboldt en Cuba (en estos lugares) y la o las rutas del viajero por Cuba.

Sobre Humboldt en Cuba se ha escrito mucho. Pero hasta hoy las dos estancias de Humboldt en la mayor de las Antillas quedan algo enigmáticos por tres razones. Humboldt mismo llevó su habitual diario sólo en la travesía de Nueva Barcelona (de Venezuela) a la Habana[2], pero no durante la primera estadía en Cuba entre finales de 1800 y los primeros meses de 1801. Sólo sobre los dias finales de esta estadía disponemos de una descripción detallada en cartas y en sus diarios publicados en la “Reise auf dem Río Magdalena, durch die Anden, und México” (Viaje en el Río Magdalena, por los Andes y México).[3] Sobre su segunda estadía, en 1804, existe un diario en Polonia, junto con otros materiales cubanos posteriores al viaje, que todavía no esta publicado.[4] En diarios sobre otras regiones de América existen importantes, aunque cuantitativamente pocas comparaciones de Cuba y la esclavitud.

Tampoco en las cartas o en otras obras hay muchas referencias al tiempo en Cuba.[5] A pesar de esta más bien corta documentación en los escritos informales y científicos de Humboldt, él se decidió a publicar los capítulos cubanos de su obra Relation historique como propio Ensayo político sobre la Isla de Cuba.[6] Esta obra pertenece, como el Ensayo sobre el Virreinato de la Nueva España (México) y la ya mencionada Relation historique (Venezuela), a las estrellas de primer orden del Opus Americanum de Alexander Humboldt.

El enigma del tema “Humboldt en Cuba” se complica más por una serie de trabajos generales y más bien ideológicos sobre la importancia de Humboldt para Cuba y Cuba para Humboldt (sobre todo de escritores cubanos), que forman parte de la recepción y repercusión de Humboldt en Cuba (un proceso cual, como en todos los paises humboldtianos de América Latina, contiene siempre una buena dosís del mito de Humboldt), así como la falta de un analísis empírico y pormenorizado de la ruta real y verdadera de Humboldt y Bonpland en Cuba. Lo que en primer lugar hace mucha falta y no existe hasta hoy es un buen mapa de esta ruta o más bien de las rutas de los dos.[7] Por lo tanto, parece que el mapa de Humboldt bajo el título “Mapa de la Isla de Cuba. Formada sobre las observaciones astronómicas de los Navegantes Españoles y del Baron de Humboldt, Paris: En la libreria de Jules Renourd, Calle de Tournon No. 6, 1827” es el mapa que enseña los lugares más importantes de la estadía de Humboldt en Cuba (como ingenios se hallan “Hac. del Fondeadero” y “Río Blanco”).[8]

El mejor analisís de las huellas personales de Alexander Humboldt en la historia intelectual de Cuba y de las influencias de obras y personajes cubanos sobre Humboldt, es, hasta hoy, la “Introducción Bibliográfica” de Fernando Ortiz, escrita en 1929 y republicada en 1960 y 1998.[9] En cuanto a las informaciones sobre contactos personales y lugares en Cuba que influyeran sobre Humboldt, Ortiz se basó en artículos de Vidal Morales Morales de 1897 (y Jacobo de la Pezuela).[10] Hasta hoy todos que han escrito sobre el tópico, han seguido - o directamente citado - a Vidal Morales y Fernando Ortiz. Una excepción es un artículo de Sandra Rebok, que escribió este trabajo basándose en los escritos oficiales y no oficiales de Humboldt.[11] Hasta hoy sólo hubo un intento de visitar y describir algunos lugares e instituciones reales, visitados por Humboldt en Cuba – el de Miguel A. Branly en 1959.[12] Lamentablemente este autor se focusó en la “presencia” de Humboldt en Cuba y no en las rutas históricas.

La mayor crítica a Humboldt y su visión de “La Isla de Cuba” la formuló, desde la perspectiva de una Cuba hispana, en 1854 el geógrafo cubano Esteban Pichardo: 

Creen muchos que estando en La Habana y dando un paseo de algunas leguas ya conocen y pueden hablar completamente de la Isla de Cuba, sin comprender que la capital es quizá lo más exótico de la Isla y que la verdadera Isla de Cuba ya más bien se encuentra muy al interior. El Sr Humboldt vio La Habana y Trinidad solamente un corto tiempo en que no pudo conocer y estudiar una isla tan extensa y heterogénea; pero aquel encéfalo universal, aquella circunspección juiciosa, hicieron lucir sus ligeros trabajos, disminuyendo sus equivocaciones.[13]

En contra de este juicio negativo los científicos y escritores cubano-criollos trataron de demonstrar lo magnífico de las huellas de Humboldt en Cuba, en cierto sentido substituyeron lo corto del material real por masas de textos “sobre” Humboldt y Cuba. Nadie de ellos intentó de reconstruir empíricamente las rutas de Humboldt y Bonpland en Cuba.

Humboldt mismo, ya en el 16 de Julio de 1799, día de la llegada a América (Cumaná), escribió al barón de Forell, el ministro de Sajonia en Madrid, y a su hermano Wilhelm Humboldt que quería ir a la Habana, pero no se atreveía por la epidemia de fiebre amarilla.[14] Finalmente Humboldt y Bonpland, junto con un fraile misionero franciscano (y un joven que este fray Juan González debía llevar a España) y varias recomendaciones (de Mariano Luis de Urquijo, primer secretario de Estado en Madrid y de Gonzalo de O’Farrill y Herrera, cubano y secretario de guerra) llegaron el 19 de diciembre de 1800 a La Habana. “Humboldt abre el siglo de oro de Cuba, llegando a la Habana en su alborada”[15], escribe Fernando Ortiz. ¿Qué siglo de oro? El de la Cuba grande del azúcar, de los ingenios y de la esclavitud masiva. En 1800 muchos ingenios ya existieron entre la Habana, Matanzas y Batabanó y alrededor de Trinidad, también comenzó el “minuto francés” de los cafetales en Santiago.[16]

Entre 1800 y 1804 el Cuba por conscuencia de la revolución de esclavos y libertos en la vecina isla de Saint Domingue (Haiti) había entrado en un momento decisivo de desarrolla hacia una Cuba grande con grandes ingenios azucareros modernos, esclavitud masiva y comercio atlántico de esclavos africanos.[17]

 

Las huellas de Humboldt en sus contactos personales durante sus estancia en Cuba (dic. de 1800 a marzo de 1801 y marzo a abril de 1804)

Véamos como este desarrollo se reflejó en los contactos de Humboldt en la Habana. Primero las listas de contactos. Humboldt había confeccionado una lista de posibles contactos en su diario de viaje en Venezuela.[18]

Después de largas investigaciones de más de un año en el “mundo verde” de las Guayanas, la Orioquía, la Nueva Andalucia (Cumaná)[19] y Venezuela, la primera estancia de Humboldt y Bonpland en Cuba duró del 19 de diciembre de 1800 al 15 de marzo de 1801. Estando en La Habana, Humboldt y Bonpland, posiblemente por una invitación del conde Jaruco (Joaquín Beltrán de Santa Cruz y Cárdenas) salieron de la Habana para el “interior” entre el 2 de febrero y el 20 de febrero de 1801[20], para, como dicen Vidal Morales, Ortiz y otros, “visitar ingenios azucareros en los alrededores de la Habana”. Al final de esta primera estancia, Humboldt y Bonpland salieron de la Habana el día 6 de marzo de 1801, para llegar al surgidero de Batabanó, saliendo el 8 de marzo de allí hacia Trinidad donde llegaron el día 14 de marzo y salieron para Cartagena el día 16 de marzo.

Humboldt mismo describe, de manera muy abbreviada, sus estancias en Cuba en el Ensayo político sobre Cuba: “Dos veces ha estado en la isla, la una tres meses, y la otra mes y medio, y he tenido la fortuna de gozar la confianza de personas que, por sus talentos y por su situación, como administradores, propietarios, comerciantes, podían darme noticias acerca del aumento de la prosperidad pública”.[21]

La mayoría del tiempo de la primera estancia los viajeros se hospedaron en las casas e ingenios de las siguientes familias (según Ortiz):

“La familia de Cuesta” (Cuesta y Manzanal)[22]

“Conde de O’Reilly” (O’Reilly y de las Casas)[23]

“Conde de Jaruco [y de Mopox]” (Beltrán de Santa Cruz y Cárdenas)[24]

“Marqués del Real Socorro” (Beitia y Castro).[25]

En las casas de los primeros dos, los Cuesta y el Conde de O’Reilly, Humboldt y Bonpland se hospedaron (Palacio de los Cuesta, calle Mercaderes, frente a la Plaza Vieja[26]) y dejaron sus colecciones e intrumentos (Palacio de O’Reilly) en la Habana, es decir en el espacio urbano (de la Habana). La casa de los O’Reilly de aquel entonces hoy ya no existe. Se encontró donde hoy se levanta la estatuta de Humboldt en un parque de la calle Oficios enfrente de la hoy Casa Humboldt.[27]

La mayoría del tiempo de la estancia en Cuba los dos viajeros se quedaron en el espacio urbano. En los ingenios y en casas en pueblos rurales de los dos últimos, el Conde de Jaruco (Río Blanco) y del Marqués del Real Socorro, los dos viajeros vivieron durante sus visitas en el campo y en ingenios y cafetales, es decir en los espacios rurales. Según el tiempo de contactos, estas cuatro familias, pero más bien los hombres  y padres de familia (o sus hermanos), eran los contactos más importantes de Humboldt y Bonpland. Ortiz menciona, siempre basandóse en Vidal Morales, que en estas casas Humboldt y Bonpland fueron visitados con frecuencia por:

La “aristocracia ... de la cuna” (según Ortiz)[28]:

“el Marqués de Someruelos” (Salvador Muro y Salazar)[29]

“su asesor José de Ilincheta (director, en aquel entonces, de la Sociedad Económica de Amigos del País)”[30]

“el famoso Intendente don José Pablo Valiente”[31]

“el Marqués de Casa Calvo”[32]

“los Condes de Mompox [Mopox] y de Jaruco” (Joaquín de Santa Cruz y Cárdenas)[33]

“la casa de Peñalver”[34]

“de Bayona”[35]

“de Santa María de Loreto”[36]

“de Lagunillas”[37]

“los Herreras”[38]

“Arango”[39]

“de la Luz”[40]

“O’Farrill”[41]

“Caballero”[42]

Se trata de una más bien rara concentración de grandes nombres de La Habana. Del analísis de esta lista se desprende, que Humboldt en su obra publicada sólo reconoció que de esta élite el Conde de Mopox y de Jaruco (Joaquín de Santa Cruz y Cárdenas) y Francisco de Arango y Parreño jugaron un papel importante para él y su trabajo científico. Lo importante de esta lista esta debido al hecho que Humboldt, después de la estancia en la Tierra Firme, que en aquel entonces era más bien marginal y pobre, gozaba de la vida social, los contactos y la comida de una ciudad atlántica, una de las ciudades más ricas del Occidente.

Sólo Branly (seguiendo a Vidal Morales) y los editores del Ensayo sobre Cuba de 1998 (Naranjo Orovio) mencionan también a Andrés de Jauregui[43], Francisco de Arango y Antonio del Valle Hernández[44], de los cuales, Humboldt y Bonpland recogieron “cuantos datos acerca del comercio, población y agricultura de la isla”.[45]

“La aristocracia del talento” (según Ortiz)[46]

“los doctores Romay y González”[47]

“el botánico la Ossa (José Antonio de la Ossa)”[48]

“Robredo (Antonio Robredo)”[49]

“[Antonio del] Valle Hernández el benemérito secretario del Real Consulado”.[50]

No mencionado por Vidal Morales ni Ortiz, pero por los editores del Ensayo sobre Cuba (1998[51]): los cubanos Antonio López Gómez[52], José Ignacio Echegoyen[53] y Francisco Remírez[54], los hermanos Francisco y Félix Le Maur[55], así como los españoles, Felipe Bauzá[56], José del Río[57], José Joaquín Ferrer y Cafranga[58] y Pedro de Silva[59] (que Humboldt menciona con frecuencia, pero no vió todos personalmente en Cuba). Es decir, científicos y prácticos de la demografía de Cuba como de la economía de azúcar fueron mucho más importantes para Humboldt que el estatus aristocrático de sus “visitantes” de la élite habanera.[60] Pero de todas formas, el trato social de esta élite fue, en su momento, muy importante. Por eso Humboldt, todavía en el Ensayo político sobre Cuba, publicado más que veinte años después de estos hechos, realza la “confianza” de esta élite.[61]

De los dos grupos sociales de contactos humboldtianos en Cuba mencionados de Vidal Morales y Fernando Ortiz, sólo el capitán general, Salvador de Muro y Salazar, Marqués de Someruelos (1799-1812) y el intendente José Pablo Valiente pertenecieron a la élite imperial de “Las Españas”.[62] La mayoría de los otros pertenecía a la “élite azucarera” y unos pocos eran científicos (Robredo, la Ossa, Remírez, los hermanos Le Maur, Dionisio Alcalá Galiano, que era un oficial con formación científica; Humboldt menciona también a otros oficiales marineros (Zavala, Montes) como “amigos en Habana”[63]), o científicos al servicio de España; Tomás Romay y Chacón era médico, científico y a la vez miembro de una familia de “élite azucarera”) o secretarios (José de Ilincheta, Antonio del Valle Hernández).[64]

La élite habanera se dividía principalmente en grandes comerciantes hispano-cubanos y hacendados criollos. Todos eran dueños de esclavos, algunos también comerciantes de esclavos (negreros). Uno de los más importantes negreros de Cuba en aquel entonces eran los comerciantes hispanos Cuesta Manzanal.[65] Junto con los Pinillos y los Lombillo, la casa comercial de los Cuesta Manzanal no se ocupaba sólo en el comercio, sino también era uno de los más importantes centros financieros.[66] Ya en 1801, es decir en los tiempos de la estancia de Humboldt en la Habana, pero más y más en los años después de 1808, el clan oligárquico de los Cuesta Manzanal-González Larrinaga-Pérez de Urria, cuyo fundador era el comerciante sevillano Santiago de la Cuesta, era conocido como importador más importante de esclavos negros “bozales” (directamente de Africa). El propietario de la casa (llamado Palacio de los Cuesta) en la cual se hospedaron los viajeros en 1800/01, don Santiago de la Cuesta Rodríguez, era en aquel tiempo el jefe de la firma Cuesta, Manzanal y Hermanos que dominaba el mercado de esclavos de la Habana y conducía también una casa comercial con banco y refacción, es decir prestaba dinero para la producción azucarera, y una firma de seguros. Humboldt y Bonpland dejaron en su casa una parte de su herbario, la colección de plantas secas. Hoy se encuentra la Casa Humboldt en el edificio en la calle Oficios (Humboldt no vivió allí).[67]

Lo importante en cuanto a los enigmas del tema “Humboldt en Cuba” que el prusiano por la “confianza” que le brindó la élite habanera como los Cuesta, pudo conocer el comercio sucio de esclavos.

La Cuba rural, la esclavitud, esclavos e ingenios

En primer lugar es importante decir que Humboldt vió personalmente de la isla de Cuba sólo las dos ciudades de La Habana y Trinidad (dos días) o, como el mismo dice: la “Insel Cuba oder vielmehr die 100 Quadratleguas, welche zwischen Havana, Matanzas und Batabanó, wie dicht um Trinidad ... mit Zuckerrohr bepflanzt sind [la isla de Cuba o más bien las 100 leguas cuadradas que, entre La Habana, Matanzas y Batabanó, como muy cerca de Trinidad, estan plantadas de caña de azúcar]“.[68] Eso será, para los analistas posteriores de las huellas de Humboldt, el territorio de la Cuba grande entre 1800 y 1830. Sobre la otra Cuba o las Cubas pequeñas, Humboldt dice en su diario: “die Insel von  Batabanó und Matanzas bis Jagua, Villa Clara und Santiago de Cuba ist eine mit Wald bewachsene Wüste [la isla de Batabanó y Matanzas hasta Jagua, Villa Clara y Santiago de Cuba es un desierto lleno de bosque]”.[69] Parece que Humboldt sintió lo incompleto de sus conocimientos de la isla entera. Por eso los hermoseaba “un poco” en una carta a su hermano: “Entramos ... en el puerto la Trinidad en el fin más oriental de la isla [que no es así – M.Z.] y pasamos allá dos dias en un paisaje hermoso y romántico”.[70]

La reconstrucción de los lugares de estancia y de los contactos urbanos es menos difícil que la fijación temporal y espacial de las lugares rurales en que Humboldt y Bonpland permanecieron. Se trata sobre todo de ingenios y cafetales de la Cuba grande en formación. En cuanto a estos lugares y los contactos allí fraguados todos siguen más o menos a las descripciones de Vidal Morales. Las cito aqui aqui según Fernando Ortiz: “durante sus excursiones por Guanabacoa, Regla, Managua, San Antonio de las Vegas, Bejucal, Wajay y el pintoresco valle de Güines fueron acompañados por muchos de los mencionados individuos, algunos de los cuales, como don Francisco de Arango y Parreño, el Conde de [Mopox y de] Jaruco y los herederos de don Nicolás Calvo [de la Puerta] y O’Farill, los tuvieron hospedados en sus ingenios La Ninfa, Río Blanco y La Holanda”. En las palabras menos barrocas de Consuelo Naranjo: “Durante su estancia visitaron diversas zonas de la provincia de La Habana, como Guanabacoa, Regla, Managua, San Antonio de las Vegas, Bejucal, Wajay y Güines, y viajaron por la costa sur hasta Trinidad”.[71]

Es verdad, que Humboldt describe en su Ensayo sobre Cuba “las parroquías más ricas en cañaverales de azúcar”[72], es decir, lo que más tarde se llamará la primera Cuba grande: “Matanzas con Naranjal, o Ceiba Mocha y Yumurí; de Río Blanco del Norte con Madruga, Jibacoa y Tapaste; de Jaruco, Güines y Managua con Río Blanco del Sur, San Jerónimo y Canoa; de Guanabacoa con Bajurayabo y Sibarimón; de Batabanó con Guara y Buenaventura; de San Antonio con Gobea, de Guanajay con Bahía Honda y Guaijabón; de Cano con Bauta y Guatao; de Santiago con Wajay y de la Trinidad”.[73] Pero: ¿Ha Humboldt personalmente estado en todos estos lugares?

La única fuente que menciona fechas y lugares pormenorizados es la “Chronologische Übersicht”  (Sumario cronológico) de 1983. Según este sumario, del cual no conocemos sus fuentes, la estancia en los alrededores de la Habana de febrero de 1801 duró del 1º de febrero hasta el 21 de Februar. Humboldt estuvo, según el sumario, en la “Hacienda Fondadero” (=Fondeadero; 1º y  2º de Febrero de 1801), la “hacienda [San Ignacio] de Río Blanco” (14 de febrero [[74]]), la “hacienda del Almirante” (15 y 16 de febrero) y la “hacienda de San Antonio” (Sebastián Pichardo[75]).[76]

El analísis de los espacios temporales de las estancias rurales, junto con los contactos, se hace muy importante para saber más sobre la base, digamos material, experimental y también discursiva, de los testimonios y generalizaciones en los textos de Humboldt sobre (y contra) la esclavitud, como los encontramos en el famoso capítulo de su Ensayo sobre Cuba. Se trata de la base material del contenido más importante del Ensayo sobre Cuba (Agricultura y Esclavitud).[77]

Primero: los lapsos temporales que Humboldt estuvo en ingenios cubanos. La estancia más larga y más importante es la de febrero de 1801. Humboldt en el Ensayo sobre Cuba hace mención a estas “vacaciones en los ingenios”: “Durante mi mansión en los Güines y particularmente en Río Blanco, en casa del conde de Mompox [Mopox]”.[78] Esta frase se refiere a 1801.

Al finalizar su primera estancia en Cuba, Humboldt y Bonpland - según Ortiz (y Vidal Morales) - se hospedaron en los ingenios La Holanda, de los herederos de Nicolás Calvo de la Puerta y O’Farrill (1758-1800)[79], y otra vez en el ingenio ex-jesuita [San Ignacio de] Río Blanco, “del joven Conde de Mompox [Mopox] y de Jaruco, padre de la famosa Condesa de Merlín”, es decir, con su nombre civil Joaquín [Beltrán] de Santa Cruz y Cárdenas.[80] El tiempo es entre el 5 de marzo y el 8 de marzo de 1801.[81] Humboldt mismo sólo menciona: “El camino de Batabanó nos dirigía de nuevo por los Güines al ingenio de Río Blanco”.[82] Nada más.

Casi nadie menciona que Humboldt y Bonpland estuvieron también en el pueblo de San Antonio de los Baños (San Antonio Abad), una fundación de los Marqueses Cárdenas de Montehermoso (Gabriel María de Cárdenas, II Marqués de Cárdenas de Montehermoso).[83] Tal vez estuvieron en San Antonio de los Baños dos veces, en 1801 y en 1804. María Teresa Cornide escribe, probablemente utilizando informaciones orales de San Antonio: “El palacio de los marqueses en San Antonio ... Fueron huéspedes del palacio el barón Alejandro de Humboldt (1759-1859) y su amigo y ayundante, el naturalista francés Aimé de Bonpland”.[84]

Otra estadía en ingenios cubanos tendrá lugar cuando la segunda estancia de Humboldt/Bonpland en Cuba, a finales de marzo de 1804, cuando los viajeros visitaron otra vez San Antonio de los Baños. De todas formas, en 1804 encontraron en San Antonio de los Baños los mejores cafetales en los alrededores de la Habana: “S. Antonio (autour duquel les plus bonnes Caffé tals)”.[85] En las cercanías de San Antonio de los Baños se hallaba también el ingenio azucarero El Fondeadero [Mapa de 1827], mencionado en “Chronologische Übersicht”  (Sumario cronológico) de 1983.

En 1804 Humboldt y Bonpland estuvieron otra vez en Güines [Río Blanco del Sur y el ingenio de Mopox y de Jaruco] y en ingenios cerca de Matanzas [Río Blanco del Norte, llamado Río Blanco de Arcos].[86] Humboldt mismo alude a su estadía en Güines y, tal vez, en Río Blanco del Sur: “mi mansión en los llanos de Güines, en 1804”.[87]

Un enigma dentro del enigma “Humboldt en Cuba” queda el lugar que Humboldt llama “San Antonio de Beitia”. En la actualidad sólo existe un término municipal de San Antonio de las Vegas con el nombre de San José de Beitia.[88] Humboldt escribe en su Ensayo: “en las cavernas de roca caliza, cerca de San Antonio de Beitia”[89] y menciona este lugar otra vez en el “Estado de las posiciones geográficas de la isla de Cuba”.[90] Branly opina a base de trabajos de Francisco Calcagno que se trata de la cueva de la Candela, en la base de la loma de Candela (camino de la Habana a Güines).[91] Este enigma representa un sólo lugar en los lugares visitados de Humboldt y Bonpland en Cuba.

Conclusión

En cuanto a lugares rurales, donde Humboldt permaneció algunos dias y pudo observar personalmente la producción de azúcar con masas de esclavos, así como la vida de esclavas y esclavos, quedan el ingenio Río Blanco “en los llanos de Güines”, donde los viajeros deben haber quedado más de 10 dias en 1801 y otra vez en marzo de 1801, como también en 1804. Eso se refleja en las menciones del lugar Río Blanco en todos tipos de escritos humboldtianos como también en la mención repetida de Joaquín [Beltrán] de Santa Cruz y Cárdenas, conde de Mopox y de Jaruco. Humboldt también estuvo algún tiempo en San Antonio de los Baños y en el ingenio El Fondeadero. Desconocemos cuanto tiempo estuvo en estos lugares. Humboldt mismo menciona su estadía en el campo en las posesiones del Marqués del Real Socorro. Eso es lógico, ya que Antonio José Beitia y Castro, en los tiempos de Humboldt, II Marqués del Real Socorro[92], “poseía cuatro de los ingenios mayores de su tiempo, tenía participación en otros tres y era considerado como uno de los hacendados azucareros más influyentes de la época. Ilustrado y de espíritu progresista, se desempeñó con éxito como Teniente del Prior del Real Consulado en pro del fomento de la industria azucarera”.[93] También sabemos que Humboldt y Bonpland en 1804 estuvieron en ingenios del Marqués de Arcos, Ignacio Peñalver y Peñalver, que tenía ingenios cerca de San Antonio de los Baños, cerca de Matanzas (Río Blanco del Norte) y en Guamutas. No sabemos en cual de ellos Humboldt estuvo.

Sus contactos más importantes con personalidades de la élite azucarera que le informaron sobre el tema de la esclavitud y de la producción azucarera con esclavos, fueron: 1º Francisco de Arango y Parreño, 2º Antonio del Valle Hernández, 3º Joaquín Beltrán de Santa Cruz y Cárdenas, 4º  Antonio José Beitia y Castro y, finalmente, 5º con informaciones sobre es comercio de esclavos, la familia Cuesta Manzanal.

No tenemos constancia que Humboldt hubiera estado en La Holanda, ni en La Ninfa o Amistad. Tampoco tenemos constancia cierta que Francisco de Arango u otros mencionados por Vidal Morales y Ortiz hubieran acompañado a Humboldt y Bonpland en alguna de sus excursiones. Lo que queda como base dura de los juicios de Humboldt sobre la esclavitud en los ingenios de Cuba y la vida de los “esclavos negros” es un punto casi no visible en mapas de la isla entera – Río Blanco.[94]

La solución de este enigma – estamos reduciendo aún más la base “experimental” de Humboldt en Cuba - parece estar en una contradicción que Humboldt mismo ya sintió en su primera estancia en Cuba (y mucho más aún en la segunda estancia, cuando en la isla vecina ex esclavos proclamaron un nuevo Estado – Haití[95]): por una parte él mismo gozaba en 1800/1801, después del largo tiempo en las selvas, llanos y mundos fluviales de la marginal Venezuela de “su participación en la vida social de la aristocracia cubana”, en la cual ya se pudo presentar como famoso viajero-explorador.[96] Por otra parte, Humboldt fue profundamente choqueado por la esclavitud, el comercio atlántico de esclavos en auge, así como por sus experiencias con esclavas y esclavos en el ingenio de uno los más grandes esclavistas de aquel entonces y aún más por el comercio de esclavos de los Cuesta. Como Humboldt no quería conflictos ni con la élite esclavista, ni con la élite colonial, sólo en algunos momentos hace críticas abiertas, que además se dan casi siempre objetivos dentro de la filosofía reformista de aquel entonces. En la descripción de los contrastes entre Trinidad y La Habana hallamos una muy temprana y bastante severa crítica de la élite habanera y su alianza con la élite colonial, anotada en su diario durante la misma estadía en Trinidad en marzo de 1801: “La industria azucarera alrededor de Trinidad ha aumentado algo, se transportan anualmente una 4000 cajas de azúcar; pero la tiranía que La Habana ejerce sobre el resto de la isla, impide toda industria. Como el goierno reina desde La Habana, y no ve nunca el resto de la isla, como el consulado está formado por hacendados y comerciantes, cuyo interés es que sólo florezca el comercio de La Habana, no se permite que barcos neutrales entren y carguen aquí [en Trinidad], a pesar de que el permiso real incluye todos los puertos. Se pretende que el contrabando sería demasiado grande, como si en alguna parte se pudiese hacer más contrabando de Providence y Jamaica, de los que hace la clase de hombres más ricos en La Habana desde Batabanó; en La Habana, donde por dinero se pueden conseguir todo tipo de papeles de exportación, certificados como si no hubiera cargado productos españoles, como si no tuviera hierro y esclavos, papeles que son transferidos de un barco a otro ... Por esto, debido a la falta de recogida, en Trinidad el azúcar no tiene precio; se acumula, mientras el hacendado en La Habana recibe el dinero para sus productos ya antes de cosecharlos [refacción – M.Z.]. El gran tamaño de La Habana tiene la culpa de que los pobres hacendados en tiempo de paz lleven su azúcar a La Habana a pesar de los gastos de transporte, vía Batabanó por tierra o por el Cabo San Antonio. Esa misma es la situación del Puerto Príncipe, de Santiago de Cuba ... Se está pensando, poner inmediatamente una queja en tiempo de paz en Madrid ... pero los familiares de los hacendados de La Habana, o sea el partido contrario, son los más ricos, los más prestigiosos, los más hábiles ... Aparte de la injusticia es también poco político. El alto precio de todos los alimentos que mata la industria, el encarecimiento del sueldo, la imposibilidad de defenderse como ciudad militarmente durante mucho tiempo, el lujo, la inmoralidad, la inclinación por novedades impetuosas, la fiebre amarilla – males que proceden una población artificialmente grande, donde dentro y fuera de los muros viven unos 110.000 habitantes, mientras toda la isla tiene 300.000 (entre ellos 50.000 esclavos). Cuantas veces más sabio sería preparar varios puntos centrales en la larga isla”.[97] Y en 1804, Humboldt en su diario añade informaciones sobre tratamiento de los esclavos y de las esclavas, sobre muertes de esclavos, los trabajos y el tiempo de trabajo, las fugas, cimarrones, y dieta (mucha información procede directamente de “Arango”).[98]

Humboldt durante su viaje tuvo demasiado poco tiempo y demasiado pocas oportunidades de estudiar la cuenstión a fondo. En ninguno de sus textos escritos en Cuba 1800/18001 o 1804 se hallan rastros de que Humboldt hubiera hablado con esclavos o por lo menos tratado en analizar sus vida desde una perspectiva antropológica. Las informaciones sobre esclavos y esclavas en los diarios y otros escritos de Humboldt proceden casi todos de Francisco de Arango o de los dueños del ingenio Río Blanco.

La principal razón de los enigmático de la estancias de Humboldt en Cuba es la esclavitud y su propia pertenencia a la élite.

 

 

Trabajos de Michael Zeuske sobre Alexander Humboldt (en español)

Zeuske, Michael, “América y Humboldt: El modelo de reformas alemanas y las realidades americanas. Una aproximación”, en: IX Congreso de Historia de América. Europa e Iberoamérica: Cinco siglos de intercambios, 3 Bde., coord. María J.Sarabia Viejo, Sevilla 1992, Bd. III, pp. 351-364.

Zeuske, “¿Del “buen gobierno” al “mejor gobierno”?: Alejandro de Humboldt y el problema de la transformación en América española”, en: APUNTES, Nueva serie, nº 1, Leipzig  (1993), pp. 1-86.

Zeuske, “Humboldt y el problema de la transformación en Venezuela y Cuba. Ocho tesis y un apéndice teórico (1760-1830)”, en: Gil Novales, Alberto, Ciencia e independencia política, Madrid: Ediciones del Orto 1996, pp. 83-129.

Zeuske, “¿Padre de la Independencia? Humboldt y la transformación a la modernidad en la América española”, en: Cuadernos Americanos, México D.F., núm. 78 (1999), pp. 20-51.

Zeuske, “¿Padre de la Independencia? Humboldt y la transformación a la modernidad en la América española”, en: Debate y perspectivas. Cuadernos de Historia y Ciencias Sociales, Madrid, No. 1 (Diciembre de 2000): Alejandro de Humboldt y el mundo hispánico. La Modernidad y la Independencia americana, coord. Por Miguel Ángel Puig-Samper, pp. 67-100.

Zeuske, “¿Humboldteanización del mundo occidental? La importancia del viaje de Humboldt para Europa y América Latina”, en: Humboldt im Netz. International Review for Humboldtian Studies (HiN), Potsdam, IV, 6 (2003) http://www.uni-potsdam.de/u/romanistik/humboldt/hin/hin6/zeuske.htm

Zeuske, “Comparando el Caribe: Alexander von Humboldt, Saint-Domingue y los comienzos de la comparación de la esclavitud en las Américas”, en : Estudos Afro-Asiáticos, Ano 26,2 Rio de Janeiro (2004), pp. 381-416.

Zeuske, “Alexander von Humboldt y la comparación de las esclavitudes en las Américas”, en: HiN, VI, 11, Potsdam (2005), pp. 65-89. http://www.uni-potsdam.de/u/romanistik/humboldt/hin/hin11/zeuske.htm

Zeuske, “Cuba, la esclavitud atlántica y Alexander von Humboldt: ¿de mal ejemplo a modelo de globalización eficaz?”, en: Balboa, Imilcy; Piqueras, José A. (eds.), La excepción americana. Cuba en el ocaso del imperio continental, Valencia: Centro Francisco Tomás y Valiente UNED Alzira; Fundación Instituto de Historia Social, 2006, pp. 21-35.

Zeuske, “Humboldt, esclavitud, autonomismo y emancipación en las Américas, 1791-1825”, en: Cuesta Domingo, Mariano; Rebok, Sandra (coords.), Alexander von Humboldt. Estancia en España y viaje americano, Madrid: Real Sociedad Geográfica/CSIC, 2008, pp. 257-277.

Zeuske, “Arango y Humboldt/Humboldt y Arango. Ensayos sobre la esclavitud”, Salamanca/Madrid: CSIC, 2010 (de próxima aparición).

Trabajos sobre Humboldt (en alemán)

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Zeuske, „Humboldt und Bolívar“, in: Alexander von Humboldt. Netzwerke des Wissens. [Katalog zur gleichnamigen Ausstellung in Berlin 6. Juni -15. August 1999 und Bonn 15. September 1999- 9. Januar 2000] Bonn/München/Berlin 1999, S. 129-130. 

Zeuske, „Humboldt, Historismus, Humboldteanisierung“, in: Humboldt im Netz (HiN), II, 3 (I. Teil), (2001; http://www.uni-potsdam.de/u/romanistik/humboldt/hin/zeuske-HIN3.htm).

Zeuske, „Alexander von Humboldt: Vergleiche und Transfers, Pantheone und nationale Mythen sowie Revolutionen und Globalisierungen (Einleitung)“, in: Humboldt in Amerika, ed. Zeuske, Leipzig: Leipziger Universitätsverlag, 2001 (COMPARATIV. Leipziger Beiträge zur Universalgeschichte und zur vergleichenden Gesellschaftsforschung, 11. Jg., Heft 2 (2001)), S. 7-15.

Zeuske, „‘Geschichtsschreiber von Amerika’: Alexander von Humboldt, Deutschland, Kuba und die Humboldteanisierung Lateinamerikas“, in: Humboldt in Amerika, ed. Zeuske, Leipzig: Leipziger Universitätsverlag, 2001 (COMPARATIV. Leipziger Beiträge zur Universalgeschichte und zur vergleichenden Gesellschaftsforschung, 11. Jg., Heft 2), S. 30-83.

Zeuske, „Vater der Unabhängigkeit? - Humboldt und die Transformation zur Moderne im spanischen Amerika“, in: Alexander von Humboldt. Aufbruch in die Moderne, ed. Ette, Ottmar; Hermanns, Ute; Scherer, Bernd M.; Suckow, Christian (Beiträge zur Alexander-von-Humboldt-Forschung, Bd. 21), Berlin: Akademie Verlag 2001, S. 179-224.

Zeuske, „Humboldt, Historismus, Humboldteanisierung“, in: Humboldt im Netz (HiN), III, 4 (II. Teil) (2002; http://www.uni-potsdam.de/u/romanistik/humboldt/hin/hin4/zeuske_1.htm).

Zeuske, „’Real time’: Humboldt und Kuba 1801 und 1804“, in: Zeuske, Schwarze Karibik, Sklaven, Sklavereikultur und Emanzipation, Zürich: Rotpunktverlag, 2004, S. 340-347.

Zeuske, „Deutsche als Eliten in Lateinamerika (19. Jahrhundert). Regionen, Typen, Netzwerke und paradigmatische Lebensgeschichten“, in: Denzel, Markus A.(ed.), Deutsche Eliten in Übersee (16. bis frühes 20. Jahrhundert). Büdinger Forschungen zur Sozialgeschichte 2004 und 2005, St. Katharinen: SCRIPTA MERCATURAE VERLAG, 2006 (Deutsche Führungsschichten in der Neuzeit; Band 27), S. 173-206.

Zeuske, „Der andere Entdecker: Alexander von Humboldt. ‘Wie unwirthbar macht Europäische Grausamkeit die Welt’“, in: Heyden, Ulrich van der; Zeller, Joachim (eds.), Kolonialismus hierzulande. Eine Spurensuche in Deutschland, Erfurt: Sutton Verlag, 2008, S. 90-94.

 

 

 

Leipzig/Liblar, Mayo-Junio de 2009
La Habana/Trinidad/Santiago de Cuba/Baracoa, Julio-Agosto de 2009


 

[1]  Dedicatoria de la „Introducción Bibliográfica“ de Fernando Ortiz, véase: Ortiz, Fernando, “Introducción Bibliográfica”, en: Humboldt, Alejandro de, Ensayo Político sobre la Isla de Cuba. Nota preliminar por Jorge Quintana Rodríguez; Introducción por Fernando Ortiz, La Habana: Publicaciones del Archivo Nacional de Cuba, 1960,  pp. 7-93 (reimpresión: “Introducción biobibliográfica, Fernando Ortiz”, en: La Habana 1998), pp. XIII-XCIX. Agradezco a Reinaldo Funes por su ayuda en conseguir materiales cubanos para este artículo.

Ponencia presentada en: Alexander von Humboldt und Hispanoamerika. Vergangenheit, Gegenwart und Zukunft. Internationales Symposium anlässlich des 150. Todestages Alexander von Humboldts, 8.-10. Juni 2009, Berlin, Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften. 

[2] Humboldt, Alexander von, „Überfahrt nach Cuba (24. 11.-19. 12. 1800) [Travesía a Cuba]“, en: Humboldt, Reise durch Venezuela. Auswahl aus den amerikanischen Reisetagebüchern, ed. e introd. Faak, Margot, Berlin: Akademie Verlag, 2000 (Beiträge zur Alexander-von-Humboldt-Forschung, Bd. 12), pp. 391-422.

[3]  Humboldt, „Von Cuba nach Cartagena  (9. - 30.3.1801) [De Cuba a Cartagena]“, en: Humboldt, Reise auf dem Río Magdalena, durch die Anden und durch Mexico, aus den Reisetagebüchern ed. e introd. Faak, 2 vols., Berlin 1986, t. I: Texte (Beiträge zur Alexander-Von-Humboldt-Forschung, Bd. 8), pp. 41-48.

[4]  Humboldt, “Isle de Cube. Antilles en géneral”, en: Biblioteka Jagiellońska Kraków, Oddział Rękopisów, 1161, Al. v. Humboldt Nachlaß 3. En cuanto a los diarios de Humboldt véase: Faak, Alexander von Humboldts amerikanische Reisejournale. Eine Übersicht [Los diarios de viaje de Alexander von Humboldt. Un resumen], Berlin: Alexander-von-Humboldt-Forschungsstelle, 2002 (Berliner Manuskripte zur Alexander-von-Humboldt-Forschung; 25).

[5]  Rebok, Sandra, “Lo público y lo privado en los escritos de Alexander von Humboldt sobre Cuba”, en: Asclepio Vol. LVI-2 (2004), pp. 41-64.

[6]  Relation historique du Voyage aus Régions équinoxiales du Noveau Continent, fait en 1799, 1800, 1801, 1802, 1803 et 1804 par Al. de Humboldt et  A. Bonpland, rédigé par Alexandre de Humboldt, Stuttgart: F.A. Brockhaus, 1970 [Reimpresión facsimile del original aparecido en 1814-1825 en Paris, ed. Beck, Hanno]; Essai Politique sur l`Ile de Cuba, avec une carte et un supplément qui renferme des considérations sur la population, la richesse territoriale et le commerce de l`Archipel des Antilles et de Colombia, 2 vols., Paris 1826, Librairie Gide et fils (todavía sin el “Anayse raisonnée ” y el “Tableau statistique”), véase : Leitner, “Las obras de Alejandro de Humboldt sobre Cuba”, en: Alejandro de Humboldt en Cuba. Catálogo para la exposición en la Casa de Humboldt, La Habana Vieja, octubre de 1997-enero de 1998, Augsburg: Wissner, 1997, pp. 51-60. Ediciones en español: “Ensayo político sobre la Isla de Cuba,  por el Barón de Humboldt, traducida al castellano por D.J.B. y V. y M., Paris: Jules Renouard, 1827“ y copias de 1836 y 1840. Sobre las diferentes ediciones y traducciones, véase: Fiedler, Horst; Leitner, Ulrike, Alexander von Humboldts Schriften - Bibliographie der selbständig erschienenen Werke, Berlin: Akademie Verlag, 1999 (Beiträge zur Alexander-von-Humboldt-Forschung, Bd. 20); Prüfer-Leske, Irene, “Übersetzungen, Manipulationen und Neuübersetzungen des Essai politique sur l'île de Cuba Alexander von Humboldts”, en: Ette, Ottmar: Bernecker, Walter L. (eds.), Ansichten Amerikas. Neuere Studien zu Alexander von Humboldt, Frankfurt am Main: Vervuert Verlag, 2001, pp. 219-230.

[7]  El mapa “La ruta de Humboldt en Cuba”, en: López Sánchez, José, Humboldt y su época. En homenaje al Bicentenario de Alejandro de Humboldt, La Habana: Academia de Ciencias de Cuba, 1969 no es completo.

[8]  Puig-Samper, Miguel Angel; Naranjo Orovio, Consuelo; García González, Alejandro (eds.), Ensayo Político sobre la Isla de Cuba de Alejandro de Humboldt, Madrid (Aranjuez): Ediciones Doce Calles/Valladolid: Junta de Castilla y León, 1998 (THEATRUM NATURÆ. Colección de Historia Natural, Serie: Textos Clásicos).

[9]  Ortiz, “Introducción Bibliográfica”, pp. 7-93. El capítulo “Humboldt en Cuba” de José López Sánchez en el libro: López Sánchez, Humboldt y su época ..., pp. 14-20 por su parte no es un analisis pormenorizado de la estancia de Humboldt en Cuba sino más bien una descripción de estado del desarrollo de las ciencias en Cuba y su relación con Humboldt. Analisís modernas se hallan en: Pietschmann, Horst, “Humboldts Bild von Kuba und der Karibik zu Beginn des 19. Jahrhunderts [La imagen de Humboldt en torno a Cuba y el Caribe en los comienzos del siglo XIX]”, en: Kuba. Geschichte-Wirtschaft-Kultur. Referate des 8. Interdisziplinären Kolloquiums der Sektion Lateinamerika des Zentralinstituts (06), hrsg.v. T.Heydenreich (Lateinamerika-Studien, 23), München: Wilhem Fink Verlag, 1987, pp. 139-152; Faak, Margot, Alexander von Humboldt auf Kuba [Alexander von Humboldt en Cuba]. Berlin: Akademie Verlag 1996 (Berliner Manuskripte zur Alexander-von-Humboldt-Forschung, 11); Leitner, “Las obras de Alejandro de Humboldt sobre Cuba”, pp. 51-60; Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González, “La visita de Humboldt en Cuba”, en: Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo Político sobre la Isla de Cuba ..., pp. 39-45; Zeuske, Michael, “‘Geschichtsschreiber von Amerika’: Alexander von Humboldt, Deutschland, Kuba und die Humboldteanisierung Lateinamerikas“ [‚Historiador de América’: Alexander von Humboldt, Alemania, Cuba y la humboldteanización de la América Latina], en: Humboldt in Amerika [Humboldt en América], ed. Zeuske, Leipzig: Leipziger Universitätsverlag, 2001 (=COMPARATIV. Leipziger Beiträge zur Universalgeschichte und zur vergleichenden Gesellschaftsforschung, Vol. 11, No. 2), pp. 30-83; un analísis excelente de los escritos oficiales/publicados e inofociales/no publicados a sus tiempo (diarios, cartas) de Humboldt en cuanto a sus estadía en Cuba se hallan en: Rebok, “Nuevas perspectivas sobre la estancia de Alexander von Humboldt en Cuba”, en: Aruca, Lohania et. al. (coords.), Expediciones, exploraciones y viajeros en el Caribe. La Real Comisión Guantánamo en la isla de Cuba, 1797-1802. Conferencia Científica por el Bicentenario, La Habana: Ediciones Unión, 2003, pp. 52-66 y sobre todo en: Rebok, “Lo público y lo privado en los escritos de Alexander von Humboldt sobre Cuba”, en Asclepio, vol. LVI-2 (2004), pp. 41-64; Lubrich, Oliver, “La Cuba de Alejandro de Humboldt”, en Revolución y Cultura, La Habana, núm. 4 (julio-agosto 2001), pp. 4-12; Lubrich, “En el reino de la ambivalencia. La Cuba de Alejandro de Humboldt”, en: HiN, Revista internacional de estudios humboldtianos, II, 2, 2001, http://www.uni-potsdam.de/u/romanistik/humboldt/hin/lubrich-hin2.htm.

[10]  Morales Morales, Vidal, „El Barón de Humboldt en la Isla de Cuba“, en: El Fígaro, La Habana, junio 6, núm 9 (1897), p. 258; junio 13, núm 22, p. 286; núm. 24, p. 300, reproducido en: Serie Histórica, núm. 9, La Habana: Academia de Ciencias de Cuba, 1969, pp. 27-32. Muchos de los datos que utiliza Vidal Morales, ya los había recogido Pezuela, Jacobo de la, Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico de la Isla de Cuba, 4 ts., Madrid: Imprenta del Establecimiento de Mellado, 1863, t. III, pp. 419-429.

[11]  Rebok, “Lo público y lo privado en los escritos de Alexander von Humboldt sobre Cuba”, pp. 41-64.

[12]  Branly, Miguel A., Presencia de Humboldt en Cuba, La Habana: 1959 (Reimpresión de la revista Bimestre Cubana, Primer semestre

[13]  Pichardo, Esteban, Geografía de la Isla de Cuba, La Habana: Establecimiento Tipográfico de D. M. Soler, 1854, p. XXVI.

[14]  Cartas desde Cumaná, a Forell y a Wilhelm Humboldt, 16 de Julio de 1799, en: Moheit, Ulrike (ed.), Das Gute und Große wollen. Alexander von Humboldts Amerikanische Briefe, Berlin: Rohrwall Verlag, pp. 24-26.

[15]  Ortiz, “Introducción Bibliográfica”, pp. 7-93, aqui p. 21; véase también: Venegas Fornias, Carlos, Cuba y sus pueblos. Censos y mapas de los siglos XVIII y XIX, La Habana: Centro de Investigaciones y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, 2002.

[16]  Funes Monzote, Reinaldo, “Geografía del azúcar y transformación de espacio habanero”, en: Funes Monzote, De bosque a sabana. Azúcar, deforestación y medio ambiente en Cuba: 1492-1926, México: siglo veintiuno editores, 2004, pp. 73-80; García Rodríguez, Mercedes, “Un poco de historia sobre un proteccionismo a medias: el Privilegio de Ingenios”, en: García Rodríguez, La aventura de fundar ingenios. La refacción azucarera en La Habana del siglo XVII, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2004, pp. 80-104; García Rodríguez, “Propietarios y sus Ingenios”, in: García Rodríguez, Entre Haciendas y Plantaciones. Orígenes de la manufactura azucarera en La Habana, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2007, pp. 340-359; Duharte Jiménez, Rafael, “La circulación de las elites de Santiago de Cuba”, en: Duharte Jiménez, Pensar el pasado. Ensayos sobre la historia de Santiago de Cuba, Santiago de Cuba: Ediciónes Caserón, 2006, pp. 16-23, aqui p. 19.

[17] Zeuske, Schwarze Karibik. Sklaven, Sklavereikultur und Emanzipation [Caribe Negro. Esclavos, cultura de la esclavitud y emancipación], Zürich: Rotpunktverlag, 2004, passim.

[18]  Humboldt, „Aufenthalt in Caracas (22.11.1799-7.2.1800)“, en: Humboldt, Reise durch Venezuela ..., pp. 173-184. aqui p. 183s („Menschen in Caracas“ [Hombres en Caracas]), como contactos en „Havana“ menciona: „Pedro Pablo Conde de Oreilly. María Franc[is]ca Cont[esa] de Buenavista s[eine] Frau [su mujer]. Franc[isco] Le Maur. Jose de Elincheta. Juan José de Elizaldi. Juan de Cuesta. Marq[ués] de Pradameno [=Prada Ameno, probablemente Miguel de Cárdenas y Chacón, II Marqués de Prado Ameno, ¿-1833]”, en: ibíd., p. 184.

[19]  Alexander von Humboldt a Karl Ludwig Willdenow, La Habana, 21 de Febrerom de 1801 (No. 41), en: Humboldt, Alexander von, Briefe aus Amerika 1799-1804, Moheit, Ulrike (ed.), Berlin: Akademie Verlag 1993 (Beiträge zur Alexander-von-Humboldt-Forschung; 16), pp. 122-131.

[20]  Lamentablemente Humboldt no dice nada de este “viaje de invierno” a las plantaciones en esta famosa carta a Karl Ludwig Willdenow, escrita en el día de su regreso del interior a la Habana , Ibíd., pp. 122-131.

[21]  Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo Político sobre la Isla de Cuba ..., p. 105.

[22]  Ortiz, “Introducción Bibliográfica”, pp. 7-93, aqui p. 21; Cornide, María Teresa, “Los Condes de la Reunión de Cuba”, en: Cornide, De La Habana, de siglos y de familias, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2003, pp.  153-156; la persona de más confianza en la familia de la Cuesta era Luis de la Cuesta, hermano del I Conde de la Reunión de Cuba, Santiago de la Cuesta y Manzanal (1778-1847), en aquel entonces la tercera fortuna de Cuba, Ibíd., p. 153.

[23]  Cornide, “Los Condes de O’Reilly”, en: Ibíd., pp.  381-385, aqui p. 383.

[24]  Cornide, “Los condes de Jaruco y de Mopox”, en: Ibíd., pp. 114-119.

[25]  Cornide, “Los Marqueses del Real Socorro”, en: Ibíd., pp.  400-403; véase: Ortiz, “Introducción Bibliográfica”, p. 22; Humboldt mismo menciona estos dos nombres y la estadía en sus ingenios en una carta a su hermano: Humboldt, Briefe aus Amerika ..., carta 55 (21 de Septiembre de 1801), p. 147s.

[26]  Cornide, „Los condes de la Reunión de Cuba“, pp. 153-156, aqui p. 155, véase también: Cornide, Localización intramuros de las casas de algunas familias habaneras importantes en la cuarta década del siglo XIX, La Habana: Oficina del Historiador de la Ciudad, 2002.

[27]  Cornide, “Los Condes de O’Reilly”, pp.  381-385, aqui p. 383.

[28]  Ortiz, “Introducción Bibliográfica”, p. 22.

[29]  Casi siempre en relación con la “Noticia mineralógica” de 1804 o el comercio de neutrales, véase: Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo Político sobre la Isla de Cuba ..., pp. 140, 271, 399.

[30]  No mencionado en el Ensayo sobre Cuba, véase: Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo Político sobre la Isla de Cuba ..., p. 399.

[31]  Ibíd., p. 271.

[32]  En aquel entonces Sebastián Calvo de la Puerta y O’Farrill, no mencionado : Ibíd., passim. A Nicolás Calvo, su hermano (ya muerto cuando Humboldt llegó por primera vez a Cuba), Humboldt menciona con relación a los hornos reverberos modernos en: Ibíd., p. 226.

[33]  Algunas veces citado : Ibíd., pp. 227, 235, 240, 275, 339, 359.

[34]  No mencionado : Ibíd., passim.

[35]  No mencionado : Ibíd., passim.

[36]  No mencionado : Ibíd., passim.

[37]  No mencionado : Ibíd., passim.

[38]  No mencionado : Ibíd., passim.

[39]  Muchas veces mencionado : Ibíd., pp. 122, 139, 142, 152, 182, 196, 200, 202, 207-8, 210, 212, 217-8, 224-7, 231, 237, 239-41, 243, 250, 354, 267, 271, 273, 283, 287-8, 306, 308, 357, 399.

[40]  No mencionado : Ibíd., passim.

[41]  Juan O’Farrill es mencionado en una nota al píe por el privilegio de barcos de vapor de 1819, en: Ibíd., 275, nota; a Gonzalo y Ignacio O’Farrill y Herrera menciona por las facilidades financieras que le prestaron: Ibíd., p. 318.

[42]  No mencionado : Ibíd., passim ; Ortiz, “Introducción Bibliográfica”, p. 22.; sobre la élite entera, véase también: Goncalvès, Dominique, “La noblesse de la municipalité havanaise (1763-1838)”, en: Pellistrandi, Benoît coord.), Couronne espagnole et magistratures citadines à l’époque moderne (= Dossier en: Mélanges de la Casa de Velázquez. Nouvelle série, 34,2 (2004)), pp. 185-205 ; Goncalvès, “Une élite sucrière”, en : Goncalvès, Le Planteur et le Roi. L’aristocratie havanaise et la couronne d’Espagne (1763-1838). Préface de Michel Bertrand, Madrid : Casa de Velázquez, 2008, pp. 51-91.

[43]  No mencionado en el Ensayo político sobre Cuba: Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo político ..., passim.

[44]  En el capítulo sobre “Población” del Ensayo sobre Cuba, Humboldt menciona al “señor del Valle Hernández”, en: Ibíd., p. 199, nota 40.

[45]  Morales Morales, Vidal, „El Barón de Humboldt en la Isla de Cuba“, en: Serie Histórica, núm. 9, La Habana: Academia de Ciencias de Cuba, 1969, pp. 27-32, aqui: p. 32; Branly, Presencia de Humboldt en Cuba ..., p. 14; Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González, “La visita de Humboldt en Cuba”, pp. 39-45, aqui p. 45.

[46]  Ortiz, “Introducción Bibliográfica”, pp. 7-93, aqui p. 22.

[47]  Tomás Romay (y Chacón), célebre médico, es mencionado por Humboldt no como naturalista, sino como biográfo del Capitán General Luis de las Casas, en: Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo político ..., p. 180-81, nota 8; el doctor González tampoco es mencionado.

[48]  No mencionado, Ibíd., passim. Más tarde primer director del Jardín Botánico de la Habana (1817).

[49]  Varias veces mencionado por Humboldt: Ibíd., pp. 150, 158, 160, 356-58, 362, 364, 385.

[50]  Ibíd., p. 199, nota 40. Con esta mención Humboldt reconoce, aunque de forma bastante tímida, el papel extraordinario de Valle Hernández; véase también: González-Ripoll Navarro, María Dolores, “La oligarquía criolla y peninsular: hombres y mujeres del azúcar”, en: González-Ripoll Navarro, Cuba, la isla de los ensayos. Cultura y sociedad (1790-1815), Madrid: CSIC, 1999 (Colección Tierra Nueva e Cielo Nuevo; 38), pp. 127-138 (la lista en pp. 135-137); González-Ripoll Navarro, “La minoría dominante: redes familiares, poder y política”, en: ibíd., pp. 123-153; Pérez de la Riva, Juan, “Antonio del Valle Hernández, ¿El primer demógrafo cubano?”, en: Valle Hernández, Antonio del, Sucinta noticia de la situación presente de esta colonia. 1800, Chávez Álvarez, Ernesto (ed.), La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1977, pp. 3-40.

[51]  Véase el paraje sobre la “discreción de Humboldt”, en: Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González, “Humboldt en España”, en: Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo político ..., pp. 27-39, aqui:  pp. 34-36.

[52]  Humboldt menciona el manuscrito de la Historia natural y política de la isla de Cuba, de López Gómez (1794), en: Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo político ..., p. 219, nota 6 y p. 325, nota 16.

[53]  Ibíd., p. 241. Echegoyen y “su” cálculo acerca de los gastos de la fabricación de azúcar fue motivó la ira de Manuel Moreno Fraginals. En la versión alemana del Ensayo sobre Cuba, este pasaje se lee así: „... die mir in Havanna mitgeteilt worden ist, [sie] rührt vom Jahr 1798 [de la cual he sido informado, [ella] procede del año de 1798]“ (Humboldt, Cuba-Werk, herausgegeben und kommentiert von Hanno Beck in Verbindung mit Wolf-Dieter Grün, Sabine Melzer-Grün, Detlev Haberland, Paulgünther Kautenburger, Eva Michels-Schwarz, Uwe Schwarz und Fabienne Orazie Vallino. Mit einer Karte am Schluß des Bandes (Alexander von Humboldt, Studienausgabe, Sieben Bände, ed. Beck, vol. III), Darmstadt: Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1992). Moreno Fraginals escribe que el autor de este documento („Demonstración de José Ignacio Echegoyen sobre diezmos“, in: ANC, Real Consulado, 101/4330) fue Arango y Echegoyen solamente la firmó y la publicó bajo sus firma. Moreno Fraginals sigue que este analísis “parte de un trabajo falso“, véase: Moreno Fraginals, Manuel, El Ingenio. Complejo económico social cubano del azúcar, 3 vols., La Habana: Ed. de Ciencias Sociales, 1978, t. I, p. 168. Echegoyen era maestro de azúcar en el ingenio de Arango (La Ninfa) y gozaba de la plena confianza de su jefe (véase: Echegoyen, José Ignacio, Fabricación de Azúcar, Boston: Russell and Martin, 1827). Según Moreno Fraginals Arango hizo esta observación a la obra de Humboldt: „Ese cálculo (que no es del que lo firmaba] no puede gobernar hoy; y con este motivo debo hacer una advertencia que antes he omitido“ (Moreno Fraginals, El Ingenio … t. I, p. 168, FN 2). Moreno Fraginals dice que en cuanto a datos internos de los ingenios „los productores del siglo XIX sólo publicaron mentiras o verdades evidentes y previamente conocidas“, Ibíd., p. 168.  

[54]  Humboldt menciona a Remírez como científico prominente (y lo vió en Cuba): “El viajero don Francisco Remírez, discípulo de Proust, y muy versado en las ciencias químicas y mineralógicas, me dijo...”, en: Ibíd., p. 136.

[55]  Humboldt los encontró en Cuba: Ibíd., pp. 275-76, Francisco Le Maur, pp. 339,358, 362.

[56]  Director del Depósito Hidrográfico de Madrid, muy prominente para Humboldt; mencionado en Ibíd.,  pp. 129, 132-33, 136, 169, 220, 328, 354, 357-60, 363-64, 367.

[57]  También muy prominente para Humboldt; mencionado en Ibíd., pp. 135, nota 17, 169, 328, 342, 354, 356-62, 364, 401.

[58]  Muy prominente, en: Ibíd., pp. 122, 129, 132, 135, 150, 158-60, 162, 165, 169, 356-59, 362-64, 385.

[59]  Miembro del círculo del ministro Urquijo, en: Ibid., pp. 135, nota 17, 358 (Humboldt no se encontró personalmente con Silva en Cuba). 

[60]  Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González, “La ciencia cubana en la época de Humboldt”, en: Ibíd., pp. 47-58.

[61]  Ibíd. p. 105. En cuanto a las fuentes sobre la producción azucarera y la esclavitud en Cuba, véase: Moreno Fraginals, “Las fuentes”, en : Moreno Fraginals, El Ingenio ..., t. I, pp. 168-169.

[62]  Valiente era, junto con Francisco de Arango y Parreño, codueño del ingenio La Ninfa, en: Biblioteca Nacional de Cuba (BNC), Sala Cubana (SC), Colección Pérez Beato: Documentos relacionados con el ingenio La Ninfa. La Ninfa, 1812-1832 (18 folios; C.M. Pérez, No. 516); Luis de las Casas era dueño del Amistad y del Alejandrina, véase: Moreno Fraginals, El Ingenio ..., t. I,  p. 58; véase también: Gonzalez-Ripoll Navarro, “Luis de las Casas: ¿Un gobierno forjador de una nueva nacionalisdad?”, pp. 79-98.

[63]  Humboldt, „Von Cuba nach Cartagena  (9. - 30.3.1801) [De Cuba a Cartagena]“, pp. 41-48, aqui p. 46; en cuanto a los científicos españoles en América, véase: Puig-Samper Mulero; Rebok, “Alexander von Humboldt y los científicos españoles en América”, en: Puig-Samper Mulero; Rebok, Sentir y Medir. Alexander von Humboldt y España. Prólogo Ette, Ottmar, Aranjuez (Madrid): Ediciones DOCE CALLES, 2007, pp. 131-138; véase también: Puig-Samper Mulero; Rebok, “Los astrónomos y los marinos ilustrados”, en: Ibíd., pp. 109-114.

[64]  Goncalvès, “Une élite sucrière”, in: Goncalvès, Le Planteur et le Roi ..., S. 51-91; González-Ripoll Navarro, “La minoría dominante: redes familiares, poder y política”, pp. 123-153.

[65]  Moreno Fraginals, El Ingenio ..., t. I, pp. 266s.; Cornide, „Los condes de la Reunión de Cuba“, en: Cornide, De La Habana ..., pp. 153-156.

[66]  Moreno Fraginals, “El mercado legal de brazos negros (1792-1820)”, en: Moreno Fraginals, El Ingenio ..., t. I, pp. 259-269.

[67]  En cuanto a las actividades de la casa Cuesta Manzanal en el comercio de esclavos, véase: „Resumen“ (lista con nombres de los negreros, la cifra de barcos capturados o perdidos, el valor y el valor de los esclavos transportados (en pesos)), en: Archivo Nacional de Cuba (ANC), Real Consulado (RC), leg. 86/3506: Espediente No. 964 sobre cumplimiento de la R.l orden que previene se formalice y remita una justificacion de los buques y numero de negros apresados por los ingleses para establecer la reclamacion competente al Gobierno de S.M.B (Marzo 21.de 1816), f. 43r; los Cuesta estan representatdos con 4 buques perdidos en valor de 168 000 pesos y esclavos en valor de 315 000 pesos; sobre las relaciones entre Humboldt y los Cuesta, véase: Humboldt a Karl Ludwig Willdenow, La Habana, 21 de  febrero de 1801, en: Humboldt, Briefe aus Amerika ..., pp. 122-131, aqui S. 128; véase también: Moheit, „Einleitung“, in: ibíd., pp. 7-21, hier S. 13.

[68]  Humboldt, „Reise von Honda nach Bogotá (23.6.-8.7.1801)“, en: Humboldt, Reise auf dem Río Magdalena, durch die Anden und durch Mexico, aus den Reisetagebüchern ed. e introd. Faak, 2 vols., Berlin 1986, t. I: Texte (Beiträge zur Alexander-Von-Humboldt-Forschung, Bd. 8), pp. 85-93, aqui p. 87.

[69]  Ibíd., p. 87. In el apéndice al Ensayo político sobre Cuba, p. 356, Humboldt añade: “En cuanto al interior de la isla de Cuba es una tierra desconocida [terra incognita], a excepción del triángulo entre Bahía Honda, Matanzas y el Surgidero del Batabanó”.

[70]  Humboldt a Wilhelm von Humboldt, Cartagena, 4 de Abril de 1801 (no. 43), en: Humboldt, Briefe aus Amerika ..., pp. 134-136, aqui p. 135.

[71]  Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González, “La visita de Humboldt en Cuba”, pp. 39-45, aqui p. 41.

[72]  Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo Político sobre la Isla de Cuba ..., p. 212.

[73]  Ibíd.

[74]  Humboldt mismo menciona en una nota al pié en sus propio diario, que estuvo en 12 de febrero de 1801 en el ingenio Río Blanco, véase: Humboldt, „Überfahrt nach Cuba (24. 11.-19. 12. 1800) [Travesía a Cuba]“, pp. 391-422 aqui: p. 419, nota.

[75]  El ingenio San Antonio de Sebastián Pichardo se hallaba al piamonte norte de la Sierra de Anafe, a 40 km en dirección oeste-oeste-sur de la Habana, véase: : Moreno Fraginals, “El azúcar descubre la isla”, en Moreno Fraginals, El Ingenio ..., t. I, pp. 137-148, aqui p. 140.

[76]  Chronologische Übersicht über die wichtigsten Daten seines Lebens [Sumario cronológico de los datos más importantes de su vida], ed. Biermann, Kurt-R.; Jahn Inge; u. Lange, Fritz G. (en la segunda tirada también Margot Faak y Peter Honigmann), Berlin 1983, p. 30. Las fechas y la duración de las estadías en sendos ingenios estan bastante dudosos. Todas la fechas aparecen con la sigla “B” que remite al hecho que no se ha podido verificar  la fecha exacta del comienzo y del final de la fecha indicada.

[77]  Si se toma como criterio de la determinación de posiciones geográficas por observaciones astronómicas, Humboldt estuvo en: (ciudades, aldeas, lugares): La Habana, tetas de Managua, Managua, Cabo San Antonio (parece asombroso que Humboldt llegó hasta el Cabo San Antonio, el punto más occidental de Cuba, pero si suponemos que Humboldt hizo las observaciones siempre en persona, entonces llegamos a la conclusión que Humboldt estuvo allí. Humboldt hizo la mediación en 1800, cuando pasó en barco por el Cabo (15 de Diciembre de 1800, en: Humboldt, „Überfahrt nach Cuba (24. 11.-19. 12. 1800) [Travesía a Cuba]“, pp. 391-422 aqui: p. 416-418), de todas formas él escribe: “ ... he determinado yo astronómicamente las posiciones del fondeadero [Hacienda del Fondeadero – M.Z.], junto a la villa de San Antonio de los Baños, de Río Blanco, del Almirante [Ingenio El Almirante – M.Z.], de Antonio de Beitia, de la aldea de Managua y de San Antonio de Bareto [Barreto] [...] Mi cronómetro ha señalado en el surgidero [de Cabo San Antonio]”, en: Humboldt, “Análisis racionalizado del mapa de la Isla de Cuba”, en: Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo Político sobre la Isla de Cuba ..., (Apéndice II), pp. 353-364, aqui p. 356-57), Cayo de Don Cristóbal, Cayo Flamenco, Las Piedras de Diego Pérez, Boca de Jagua, punta occidental, Boca de río San Juan, punta del norte; (ingenios): San Antonio de Barreto, Río Blanco, El Almirante, San Antonio de Beitia, El Fondeadero (cerca de San Antonio de los Baños). Faltan, por los menos, La Holanda y La Alejandrina del Conde O’Reilly, pero puede ser que Humboldt en estos ingenios no hizo o no pudo hacer observaciones astronómicas (o no estuvo allí), véase: “Apéndice II”, en: Ibíd, pp. 362s: “Estado de las posiciones geográficos de la Isla de Cuba, determinadas por observaciones astronómicas”.

[78]  Ibíd., p. 240; sobre la región de Güines, véase: Torres Vila, Cary; Pérez Rojas, Niurka; García Aguira, Miriam; González Mastrapa, Ernel, “Desarrollo agrario del municipio Güines”, en: Deere, Carmen D.; Pérez Rojas; Torres Vila; García Aguiar, González Mastrapa, Güines, Santo Domingo, Majibacoa. Sobre sus historias agrarias, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1998, pp. 9-131.

[79]  Cornide, “Los Calvo de la Puerta y Arango”, en: Ibíd., pp. 83-92, aqui p. 86. María Teresa Cornide se equivoca cuando dice que “Don Nicolás acompañó al barón Alejandro de Humboldt en sus excursiones en ocasión de su visita de éste en 1801” (ibíd., p. 85), porque Nicolas Calvo había muerto antes de la llegada de Humboldt en diciembre de 1800.

[80]  Ortiz, “Introducción Bibliográfica”, pp. 7-93, aqui pp. 33s; véase también: Cuba ilustrada. Real Comisión de Guantánamo. 1796-1802, 2 vols., Madrid-Barcelona: Lunwerg, 1991; Naranjo Orovio, Consuelo, “Humboldt y la isla de Cuba en el siglo XIX”, en: San Pío, María Pilar; Puig-Samper, Miguel Ángel (eds.), Las flores del Paraíso, Barcelona: Lunwerg, 1999, pp. 121-138; Cornide, “Los condes de Jaruco y de Mopox”, pp. 114-119.

[81]  El día 9 de marzo salieron desde Batabanó, véase la descripción de la salida, con escala en Trinidad, en el diario de Humboldt: “Überfahrt von Cuba nach Cartagena (9.-30.3.1801”, en: Humboldt, Reise auf dem Río Magdalena ..., t. I, pp. 41-48.

[82]  Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo Político sobre la Isla de Cuba ..., p. 318. Parece que el conde poseía también un cafetal en las cercanías de Río Blanco, véase: Meriño Fuentes, María de los Ángeles; Perera Díaz, Aisnara, Un Café para la microhistoria. Estructura de posesión de esclavos y ciclo de vida en la llanura habanera (1800-1886), La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2008.

[83]  Cornide, “Fundación de la Villa de San Antonio Abad”, in: Cornide, De la Habana ..., pp. 138-143.

[84]  Ibíd., p. 142.

[85]  Humboldt, “Isle de Cube. Antilles en géneral”, f. 17.

[86]  Moheit (ed.), Das Gute und Große wollen …, p. 211 (carta a Christiane von Haeften, La Habana, 27 de marzo de 1804). En su diario de 1804 (Humboldt, “Isle de Cube. Antilles en géneral”, en: Biblioteka Jagiellońska Kraków, Oddział Rękopisów, 1161, Al. v. Humboldt Nachlaß 3) Humboldt menciona con frecuencia Río Blanco [del Marqués de Mopox y Jaruco] así como “Río Blanco de Arcos”. No es muy claro a cual de los famosos ingenios de Ignacio Peñalver y Peñalver (II Marqués de Arcos) Humboldt se refiere (Cañongo, El Tesorero, cerca de San Antonio de los Baños, o El Progreso, en Guamutas); veáse: Cornide, “Los Marqueses de Arcos”, en: Cornide, De La Habana ..., pp. 267-269. La mayoría de las menciones de un miembro de la élite azucarera en el diario de 1804 se refiere a Francisco de Arango, véase: Zeuske, “Arango y Humboldt/Humboldt y Arango. Ensayos científicos sobre la esclavitud” (de próxima aparición en Salamanca).

[87]  Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo Político sobre la Isla de Cuba ..., p. 225.

[88]  Branly, Presencia de Humboldt en Cuba ..., pp. 34-35.

[89]  Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo Político sobre la Isla de Cuba ..., p. 159.

[90]  Ibíd., p. 362.

[91]  Branly, Presencia de Humboldt en Cuba ..., pp. 34-35.

[92]  Cornide, “Los Marqueses del Real Socorro”, en: Ibíd., pp.  400-403.

[93]  Ibíd., p. 401; véase también: “Incidente al Concurso de la Sra. Marquesa la viuda del R.l Socorro, promovido para que se separe de sus bienes el Quinto perteneciente al Sor. su esposo” (1834): ANC, Escribanía de Guerra, leg. 806, No. 12281.

[94]  Humboldt lo utiliza prácticamente como “ingenio ideal” en sus cálculos: “Es muy raro que uno de estos grandes ingenios pueda hacer 32.000 cajas de azúcar durante muchos años” (Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González, “Agricultura”, en: Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo Político sobre la Isla de Cuba ..., pp. 215-252, aqui p. 227). En notas al pié Humboldt mismo y Arango comentan; Humboldt: “En estos dos últimos años, han pasado de tres mil cajas el ingenio viejo de Río Blanco y el de don Juan Montalvo; siendo lo más notable que, en Trinidad, hay otros dos ingenios de igual producto. Sólo Río Blanco tiene negros y los demás no pasan de 300, y entre los ingenios nuevos de Matanzas hay algunos que, con 150 ó 160 negros, hacen 200 cajas” (Ibíd., p. 227) Arango: “El joven Conde de Jaruco ha hecho un ingenio a tres leguas de Matanzas, que, a pesar de la seca del año anterior, le ha producido 2.600 cajas, y los negros que allí tiene (según dice), son 220” (Ibíd).

[95]  Zeuske, “Humboldt, esclavitud, autonomismo y emancipación en las Américas, 1791-1825”, en: Cuesta Domingo, Mariano; Rebok, Sandra (coords.), Alexander von Humboldt. Estancia en España y viaje americano, Madrid: Real Sociedad Geográfica/CSIC, 2008, pp. 257-277.

[96]  Rebok, “Lo público y lo privado en los escritos de Alexander von Humboldt sobre Cuba”, pp. 41-64, aqui p. 59.

[97]  Humboldt, „Von Cuba nach Cartagena  (9. - 30.3.1801) [De Cuba a Cartagena]“, pp. 41-48, aqui pp. 47-48 (traducción de Sandra Rebok: Rebok, “Lo público y lo privado en los escritos de Alexander von Humboldt sobre Cuba”, pp. 41-64, aqui p. 50). Esta linéa de crítica a los hacendados y la élite cubana se prolongo con las críticas que Humboldt hace a la “Cuba grande”, comparándola con la producción de azúcar por campesinos libres en el valle de las Guaduas en Nueva Granada (Colombia) y en otros lugares y ocasiones en su viaje por la América española, véase: Zeuske, “Humboldt, esclavitud, autonomismo y emancipación en las Américas, 1791-1825”, pp. 257-277.

[98]  Humboldt, “Isle de Cube. Antilles en géneral”, passim.

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Letzte Aktualisierung: 21 April 2010 | Kraft
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