Gespiegelte Fassung der elektronischen Zeitschrift auf dem Publikationsserver der Universität Potsdam, Stand: 20. April 2010
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Ursula Thiemer-Sachse
Potsdam

Observaciones actuales sobre la imagen de Humboldt en Latinoamérica

Al ingresar a la primera sala de la exposición permanente del Museo del Templo Mayor en la Ciudad de México, nos encontramos exhibido un retrato de Alejandro de Humboldt, realizado por un pintor anónimo, y sin que el cuadro muestre semejanza alguna con los retratos conocidos de este personaje. El cuadro está acompañado de un texto que  refiere la importancia del famoso erudito alemán  en el reconocimiento de la cultura mexicana en Europa por primera vez. El texto enfatiza especialmente el interés del viajero por las pirámides de Teotihuacan así como la de Cholula y los palacios de Mitla, sin que se aclare en éste que Humboldt nunca estuvo ni en Teotihuacan ni en Oaxaca, sino que se interesó por estas zonas arqueológicas en base a material ya publicado que pudo recolectar durante su estancia en la Nueva España. Se menciona su impresionante obra ilustrada llamada “Vistas de las Cordilleras y de los Pueblos de la América”. No sé el por qué, pero curiosamente no se habla en este texto concretamente de la famosa Piedra del Sol, de la impresionante escultura de la Ciuacoatl-Teoyaomiqui o de la Piedra del Tizoc.

Me resulta intrigante, puesto que estos tres monumentos mexicas tan impresionantes encontrados en los alrededores inmediatos del Templo Mayor, juegan un papel importante en la mencionada famosa obra ilustrada de Humboldt. La causa probable de la omisión en la mención de estas gigantescas piedras esculpidas en este texto en la exhibición permanente del Templo Mayor se puede deber a que incitaron a Humboldt  a  discutir su carácter de monumentos históricos, decidiendo luchar en pro de su aceptación como tales por parte de los responsables de la administración virreinal, así como de la iglesia novohispanas. En los años recientes anteriores a la estancia del científico alemán en la capital de la Nueva España, las esculturas ya habían jugado un papel especial en un debate entre científicos mexicanos y los representantes del virreinato. En ese entonces, esas piezas de arte mexica importantes para los rituales prehispánicos habían sido recién encontradas, y la gente común había empezado a realizar rituales frente a los vestigios del pasado indígena, y los responsables de la iglesia católica deseaban que se enterraran nuevamente para evitar la continuación de rituales no cristianos, pues se sentían amenazados por su influencia en las creencias del pueblo capitalino. Como se puede verificar en los diarios del viajero, así como en sus obras publicadas poco después, Humboldt no solamente se enteró de la discusión sociopolítica y religiosa a favor y en contra de estas obras de arte prehispánicas, y que él mismo comprendió explícitamente como monumentos históricos, convirtiéndose en defensor de ellas y peleando contra su desaparición.

Humboldt no solamente mostró un interés científico en muchos de los documentos históricos y de las situaciones y costumbres contemporáneas a su viaje, sino que también se sintió solidario con la gente que encontró a lo largo de su viaje, con la que lo acompañó hasta las cumbres de los volcanes y con la que trabajó en favor de sus experimentos científicos. Observó la vida cotidiana y aceptó a sus contemporáneos como seres humanos de derechos iguales a los suyos, pues Humboldt hablaba de un único género humano y actuó coherente a sus ideas.

Gracias a su comportamiento frente a las personas que conoció y lo que logró con su obra a favor del reconocimiento y la comprensión en Europa del mundo hispanoamericano, incluyendo el pasado indígena y su situación contemporánea, Humboldt consiguió un eco considerable dentro de los países que había visitado. Esta estimación se puede observar en muchas situaciones, y no sólo dentro del mundo académico. El reconocimiento que goza Humboldt se encuentra más extendido en América Latina, incluyendo la población común, que en Alemania, su país de origen.

Aquí presentaré solamente unos cuantos ejemplos que demuestran que Humboldt pertenece de una u otra manera al pensamiento histórico de la población latinoamericana. Humboldt sirve como un símbolo de identidad, de orgullo nacional y regional – y un poco más...

Empezando con un ejemplo encontrado en Ecuador puedo decir que el nombre del erudito alemán es aprovechado para calificar un lugar como extraordinario: una inscripción en la pared de una  fonda en la ciudad de Baños, la caracteriza como “Paraíso Humboldt” (fig. 1).

Fig. 1 La fonda Humboldt, El Paraíso en Baños, Ecuador

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Fig. 1 La fonda Humboldt, El Paraíso en Baños, Ecuador (© Ursula Thiemer-Sachse)

El nombre de Humboldt también ha sido utilizado con una modalidad más comercial,, como se  puede encontrar en Caracas, su nombre seguramente suena bien en la mente y en la imaginación de la gente. En este caso quiero referirme a lo que ya he publicado una vez[1]; pues caracteriza intensamente encuentros por casualidad con el nombre de Humboldt si uno está siguiendo concientemente las huellas del viajero alemán en un país como Venezuela. No es necesario buscar al famoso erudito alemán o, mejor dicho, sus huellas en la capital venezolana. Se encuentran de repente e inesperadamente. ¡En Caracas, Humboldt hasta hoy en día tiene fama! Cuando en 1998 estando con estudiantes en la capital venezolana, en la primera mañana de mi estancia, sentada en un banco del Parque Altamira, no sabiendo aún nada sobre los puntos y edificios importantes, se me hizo la siguiente pregunta por parte de un peatón: ”Dígame, por favor, señora, ¿por dónde está la Torre Humboldt?” En aquel momento no pude ayudar a ese venezolano. Más tarde conocí el nuevo centro comercial en el barrio Congresa donde se encuentra el nombre del famoso alemán por dondequiera: existe el Centro Comercial Parque Humboldt con una farmacia Humboldt, una tienda “Juguetes para niños  Humboldt”, un Banco Humboldt, un Multicine Humboldt, el Centro Odontológico Humboldt, una Barbería Humboldt, el Estacionamiento Parque Humboldt, el Teatro Humboldt, la Agencia del Parque Humboldt y, en fin, un rascacielos llamado ‘Torre Humboldt’. ¡Qué anacronismos curiosos! Y uno tiene que preguntarse si los capitalinos relacionan algunas ideas con esta repetición inflacionista del nombre en los letreros para cosas tan diferentes.

En otra parte de la ciudad existe una Agencia “Viajes de Humboldt”; pero seguramente poca gente pide que le organicen ahí un viaje como el que Humboldt realizó por  Venezuela y los otros países latinoamericanos.- Comprendimos que su nombre suena bien en Caracas, y nos preguntamos si toda la gente sabe qué significa y a quién se refiere esta denominación  tantas veces leída.

Más tarde buscamos la Plaza Humboldt marcada en el mapa de la capital. Pero allí no encontramos ningún letrero, ningún monumento, y la gente sentada en el único banco en ese parque en miniaturas, encogiendo los hombros nos dió a comprender que no sabían nada de esta denominación, no sabían  nada del erudito alemán. Tras las huellas de Humboldt dentro de la capital buscamos la Escuela Humboldt; y la encontramos por casualidad, pues tampoco tenía un letrero el complejo escolar, y como era tiempo de vacaciones todo se encontraba cerrado. Pero estábamos, sin duda, en el lugar correcto de la escuela alemana, pues se podía leer entre los “graffitis” que consistían en símbolos indescifrables y palabras españolas, una frase en alemán, seguramente una frase de la enseñanza del idioma alemán en el primero grado.

Pero no es solamente la comercialización, sino también la conmemoración de la historia y creación de una mitología curiosa, pues encontramos a Alejandro de Humboldt al lado del Libertador Simón Bolívar, representado el primero en unos monumentos. En el Parque del Este de la capital venezolana se encuentra a Humboldt representado en un busto según un modelo muy conocido (fig. 2) y un texto en el pedestal también les pone en claro que se trata del viajero erudito, y que sirve para ilustrar a aquellos que no lo conocen por ilustraciones.

Fig. 2  El busto de Humboldt en el Parque del Este, Caracas, Venezuela

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Fig. 2 El busto de Humboldt en el Parque del Este, Caracas, Venezuela (© Ursula Thiemer-Sachse)

Digno de atención es el monumento a Humboldt en la autopista en dirección a Puerto Cabello frente al Cementerio de San Esteban. En aquel ‘Cementerio de los alemanes’ se han enterrado a sus compatriotas alemanes y sus descendientes, a ingleses y marineros de diferentes nacionalidades, en su mayoría muertos por enfermedades tropicales y que encontraron allí su eterno descanso. El monumento representa a Humboldt en forma de una escultura de bronce en tamaño natural, sentado en una roca de granito, así que uno tiene la impresión que el erudito Humboldt, en ese mismo momento, estaba haciendo una pequeña pausa. Tiene un  tomo en folio y un lápiz en sus manos así como si quisiese anotar algo, pero su vista soñadora se dirige a la lejanía (fig. 3). 

Fig. 3 La escultura de Humboldt frente al cementerio alemán cerca de Puerto Cabello en Venezuela

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Fig. 3 La escultura de Humboldt frente al cementerio alemán cerca de Puerto Cabello en Venezuela (© Ursula Thiemer-Sachse)

Este monumento, en base al traje pudiera ser cualquier hombre distinguido de comienzos del siglo XIX, es decir, el artista quizás dispusiese solamente de material poco ilustrativo, o bien, le faltase la capacidad de reproducirlo adecuadamente. Así la estatua de Humboldt consiguió una cabeza muy arbitraria. Me pregunté  cuál estatua, o cuál personalidad estaba imitando el artista. Pienso, sin embargo, que a pocas personas que ven esta estatua se preguntan lo mismo, probablemente porque no conocen ningún retrato de Humboldt para buscar. Cada ciudad y cada aldea venezolanas tienen su ‘Plaza Bolívar’ con un monumento del Libertador de Sudamérica, Simón Bolívar. Seguramente, no se ha confundido la cabeza de la estatua de Humboldt cerca de Puerto Cabello con la característica esbelta del Libertador, para todos los venezolanos muy conocida y venerada. El mencionado traje y la orden ‘Pour le merite’ representan una interesante combinación entre el joven viajero y el admirado y condecorado erudito anciano. Este lenguaje simbólico es, sin duda, comprensible, por lo que no es del todo importante le falta de semejanza con el retrato del científico.

Desde Lima hasta México y no solamente en las ciudades mayores y más importantes que Humboldt tocó durante su viaje, se encuentran calles y plazas que llevan su nombre, conmemorándolo. Si se pregunta a la gente común que conocimientos tiene sobre aquel personaje de comienzos del siglo XIX, nos encontramos con deficiencias en su conocimiento, aunque en las escuelas si se les enseña a los alumnos de primaria y bachillerato quien fue Alexander von Humboldt y cuál fue su mérito para América Latina.

Viajando tras las huellas del erudito alemán nos preguntamos: ¿Qué sabe la gente? ¿Qué contestará oyendo el nombre de Humboldt? En un viaje en dirección a Cumaná, el puerto venezolano, en el cual Humboldt entró por  primera vez en el territorio sudamericano, hicimos una pausa en la pequeña ciudad de Clarines. Humboldt la tocó hace más de docientos años. Con su iglesia del tiempo de las misiones, las que Humboldt todavía visitó, y sus calles con pavimiento irregular de pequeñas piedras redondas así como sus casas humildes con fachadas coloradas, esta ciudad aparece como un lugar donde Humboldt partió hace solamente poco tiempo.

Allí recibimos la siguiente respuesta sorpresiva como resultado de una entrevista con dos ancianos sentados en una pequeña tienda frente a la iglesia. Uno de los hombres nos explicó con bastante entusiasmo: Sí, Humboldt es un gran ecólogo, y se tendría que mencionar de paso cuáles alemanes conoció aparte de eso: al Emperador Franz Beckenbauer, a Rummenix y Schumi. Sí, Humboldt ha sido muy importante para su país Venezuela, pues siempre ha pensado ecológicamente y ha escrito en favor de la ecología de Venezuela, que – bien visto – fuera semejante a Rummenicke, pues siempre ha estimulado a los niños. Humboldt sería también un modelo tan grande. “¿Apropó: y cómo fue eso con Alejandro de Humboldt? Alejandro parece un nombre muy español. Uds. que son sabios alemanes como Alejandro de Humboldt...” Por causa de esta caracterización se podría estar verdaderamente orgullosos... Y los niños que pasaron en aquel momento, se detuvieron curiosos, y después, siguieron su camino discutiendo: “¡y aquél allá atrás, con todo también es un alemán!” – “No, tiene abuelos que han venido de Alemania, pero aquel y eso otro...” – así por casualidad tales discusiones pueden ser estimuladas rápidamente...

Continuando las preguntas sobre Humboldt durante nuestro viaje tras sus huellas, en la mayoría de los casos conseguimos respuestas sorprendentemente buenas y quizás más válidas que en el caso de preguntar a la gente en las ciudades y aldeas alemanas por el famoso erudito.

Fig. 4 Letrero marcando un punto de la ruta del viaje de Humboldt en el oriente de Venezuela

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Fig. 4 Letrero marcando un punto de la ruta del viaje de Humboldt en el oriente de Venezuela (© Ursula Thiemer-Sachse)

En las montañas de Caripe, frente a la iglesia del pequeño poblado Cumanacoa, zona oriental de Venezuela, un letrero indica la entonces ruta de viaje de Humboldt (fig. 4). Allí, para todos que saben leer, Humboldt así, quizás sea conocido, de una u otra manera. Pero más atención despierta  la estancia del viajero científico alemán en los alrededores y dentro de la famosa Cueva de Guácharo, en donde se exhiben unos tableros dentro del museo del sitio informando sobre sus investigaciones. Frente a la entrada a la cueva se encuentra un monumento de bronce del hombre, al que, dicho de paso, le falta también algo de la semejanza a un retrato. Dentro de la cueva, los guías relatan a todos los visitantes por cual punto el científico y sus acompañantes pudieron entrar a la cueva para estudiar el hogar extraordinario de los famosos pájaros “guacharo”  a los que describió científicamente por primera vez en su famosa descripción del viaje por la América Española.

En México como en otros países que Humboldt tocó durante su famoso viaje, se encuentran estatuas de diferente calidad (fig. 5-7). En el doble continente americano se han nombrado cientos de lugares, montañas y fenómenos naturales con su nombre - como, por ejemplo, la famosa corriente fría del Océano Pacífico paralela a la costa chilena y peruana -, honrando así al “segundo descubridor de América”.

Fig. 5 La estatua de Humboldt frente al antiguo edificio de la Biblioteca Nacional en la ciudad de México

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Fig. 5 La estatua de Humboldt frente al antiguo edificio de la Biblioteca Nacional en la ciudad de México (© Ursula Thiemer-Sachse)

 

Fig. 6 La misma estatua de marmol dedicada en 1910 a México por el emperador Guillermo II de Alemania

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Fig. 6 La misma estatua de marmol dedicada en 1910 a México por el emperador Guillermo II de Alemania (© Ursula Thiemer-Sachse)

 

Fig. 7  Estatua en bronce del joven viajero Humboldt en Cuernavaca, México

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Fig. 7 Estatua en bronce del joven viajero Humboldt en Cuernavaca, México (© Ursula Thiemer-Sachse)

Más interesante, sin embargo, en el sentido sociocultural, es la denominación de calles, pues su nombre existe así enmedio de la percepción cotidiana de la gente común (fig. 8). Observando en México unos letreros de calles y callejones con el nombre del erudito alemán, se puede comprender como un  encargado de pintar letreros, resuelve el problema de escribir un apellido extranjero y por esto para él bastante extraño.

Fig. 8   Pasaje de los Arcos Barón Alejandro von Humboldt en Guanajuato, México

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Fig. 8 Pasaje de los Arcos Barón Alejandro von Humboldt en Guanajuato, México (© Ursula Thiemer-Sachse)

Se sabe que Humboldt se quedó solamente dos horas en Taxco, la ciudad de plata en el actual Estado mexicano de Guerrero. A pesar de su estadía tan corta, la ciudad minera honra a Humboldt denominando una casa – hoy un museo – con su nombre (fig. 9). Un letrero de la calle que pasa por esta casa presenta el apellido como “Humbolt” (fig.10) – así como la gente lo pronuncia.

Fig. 9   La “Casa Humboldt” en Taxco, México

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Fig. 9 La “Casa Humboldt” en Taxco, México (© Ursula Thiemer-Sachse)

 

Fig. 10 La calle “Humbolt” en  Taxco, México

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Fig. 10 La calle “Humbolt” en Taxco, México (© Ursula Thiemer-Sachse)

Más curioso aún, es un letrero en Oaxaca para la calle con el apellido del científico alemán, donde Humboldt, como lo comenté antes, nunca estuvo: “Humbolat” (fig. 11). Se puede imaginar que los responsables para la denominación de aquella calle dieron al artesano solo un papelito con el nombre escrito a mano. Como no sabiendo quién era el hombre científico a honrar con el nombramiento de una calle, o por desobediencia, el artesano lo escribió como lo leyó. La mayoría de la gente que pasa por esta calle o dobla por esta esquina con el mal escrito nombre es analfabeta, no está acostumbrada a leer o se sabe ya de memoria como se llama la calle. Esta anécdota, entre otras, solamente son algo curiosas para una extranjera interesada en las huellas que existen como testimonios de la importancia del científico alemán para la autoconciencia de los pueblos latinoamericanos que ha visitado.

Fig. 11 La “calle de Humbolat, en 1824 del Retiro” en Oaxaca, México

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Fig. 11 La “calle de Humbolat, en 1824 del Retiro” en Oaxaca, México (© Ursula Thiemer-Sachse)

El humor mexicano produce ejemplos extraordinarios de lo que se dice cuando se juega con el nombre del científico alemán. Es lógico que especialmente el Colegio alemán Alexander von Humboldt, nombrado entre ex-alumnos con el apodo “Humboldt-Schule”, es un lugar especial para tales juegos. Los alumnos y ex-alumnos denominan “Humboldt-Deutsch” la mezcla verdaderamente curiosa de los idiomas alemán y español, usual entre ellos. Existen curiosas creaciones lingüísticas. Unos ejemplos pueden demostrarlo:  - Mañana no hay Schule – [escuela, es decir: clases].- Lass uns die Miete kobrieren (déjanos/ vamos a cobrar la renta).- ¡Trágame! [en vez de ¡cárgame! (del alemán  “tragen”)].- Catsup (catchup = ketchup) = “Katzensuppe” (literalmente significando -sopa de gatos-).- ¿Como se dice escalera en alemán?: “Treppe”, pues allí se trepan.-

Una de las fiestas extraordinarias en México – mucho más desarrollada en comparación con los otros países latinoamericanos – es el Día de Muertos que muestra un sincretismo religioso. No es solamente la creencia entre los mexicanos que en estos días los visitan sus queridos difuntos para los cuales hacen sus ofrendas con comida, bebidas, flores y velas. Los mexicanos además se burlan de la muerte. Un año en esa festividad de Día de Muertos, los maestros y alumnos del Colegio alemán crearon en su recinto escolar un “Panteón Humboldttepec” combinando el apellido del científico con la denominación náhuatl del cerro / de la montaña (tepetl) y el sufijo náhuatl –c que significa: en el lugar de... Así el colegio fue en aquel entonces: el lugar del cerro de Humboldt. Es algo bastante satírico si pensamos en que Humboldt se interesó mucho en los cerros, en los volcanes, escalándolos en los casos que le fue posible, y esto no solamente en México. Si se interpreta el símbolo del cerro como lugar, ciudad en el sentido náhuatl o mexica, entonces el dibujo (fig. 12) significaría –ciudad de Humboldt-; pero con la calavera es además un poco irónico, pues el lugar de enseñanza de jóvenes se convierte en un cementerio.

Fig. 12 La placa “Panteón Humboldttepec” en el Colegio Alemán en México

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Fig. 12 La placa “Panteón Humboldttepec” en el Colegio Alemán en México (© Ursula Thiemer-Sachse)

Se puede registrar otro ejemplo de humor, esta vez contra su propia voluntad, en una placa conmemorativa que se encuentra hoy en día en la zona arqueológica de Cholula, Puebla, México. Su gran pirámide le interesó mucho a Humboldt, quien integró una representación reconstruida en su famosa obra de “Vistas”. En aquella placa se ha hecho un juego de trampas escribiendo: “Al Benemérito de la Patria, Alexander von Humboldt, 1804-2004” (fig. 13). Si uno no lee todo el texto añadido, sino solamente los primeros renglones, entonces está provocado a constatar: ¡ ni benemérito, ni nacido en 1804! ¡Ni son los datos de su vida: 1804 - 2004!- Si nos concentramos en el texto total, podemos aprender algo interesante que nos transmite la orden del Gobierno del Estado de Puebla y el Honorario Ayuntamiento de Cholula de Rivadavia, dado el 22 de enero de 2004, sobre la Gran Pirámide de Cholula: “El patronato de los festejos del bicentenario de la llegada de Alexander von Humboldt al actual Estado de Puebla, hace constar que un día como hoy, hace 200 años el distinguido científico alemán, midió la base de la gran pirámide de Cholula, escribiendo en su libro Ensayo Político del Reino de la Nueva España: ‘... en su base es casi doble que la pirámide de Keops en Egipto y cuatro veces mayor que la Plaza Vendome en Paris’”.- ¡Lea quien sabe leer y aproveche la información!

Fig. 13 La placa de conmemoración de la estancia de Humboldt en Cholula, México

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Fig. 13 La placa de conmemoración de la estancia de Humboldt en Cholula, México (© Ursula Thiemer-Sachse)

Se puede comparar con una placa en La Habana Vieja, Cuba, donde se ha hecho una mezcla curiosa de las variantes españolas de los nombres del erudito con su apellido con el título nobiliario en alemán. Pero además se ha dado una información muy interesante que se refiere a la capital cubana y puede interesar a muchos de los cubanos cultos, no solamente a turistas alemanes, por su relación a la historia nacional: “Federico Enrique Alejandro von Humboldt. 1769-1859. En esta casa instaló sus instrumentos físicos y colecciones de Botánica y Mineralogía durante su primera estancia en La Habana desde el 19 de Diciembre de 1800 hasta el 15 de Marzo de 1801. En ella rectifica los cálculos matemáticos del Meridiano de la Ciudad.”

Sería útil si monumentos de conmemoración de la estancia de Alejandro de Humboldt informan sobre una u otra actividad del erudito alemán en el lugar respectivo y sus alrededores para dar a la gente común la oportunidad de comprender mejor la importancia del viajero por Latinoamérica. Faltan, sin embagro, en muchos lugares especiales; y queda de esta manera todavía mucho que hacer en favor de la comprensión del “segundo descubrimiento”, es decir del análisis científico de la realidad múltiple de las Américas.



[1]  Auf Humboldts Spuren in Venezuela. En: Momentos de información, Berlín 1, 1 (1999), p. 5-7.

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Letzte Aktualisierung: 29 November 2007 | Kraft
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