Gespiegelte Fassung der elektronischen Zeitschrift auf dem Publikationsserver der Universität Potsdam, Stand: 18. August 2009
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Michael Zeuske
Universidad de Colonia

Alexander von Humboldt y la comparación de las esclavitudes en las Américas

10. El publicado Essai politique sobre Cuba (1826) y la historia comparativa de la esclavitud

Hasta el método tiene su historia. Veinte años después, la esclavitud no estaba erradicada. Muy por el contrario, florecía. Humboldt escribió en su Essai politique sobre Cuba: “Sin duda la esclavitud es el mayor de todos los males que han atormentado a la humanidad...”.[1] También el contrabando de esclavos alcanzaba nuevos apogeos. No sólo el comercio hacia Cuba, sino también el contrabando humano en el Caribe, por ejemplo, de Saint Thomas a Puerto Rico al oriente de Cuba. Bajo la impresión de las propias anotaciones de su diario, que Humboldt utilizó para el texto de su libro, en una nueva lectura del ensayo sobre Cuba (que exhorto a que lean todos los que se acerquen a este trabajo) algo queda claro: es también un secreto Essai politique sobre Haití. Y es un ensayo de comparación explícita y de implícitos transfers, ramificaciones y entanglings. Humboldt analiza todos los aspectos de la esclavitud que había anotado también en el diario, sólo que ahora lo hace en forma sistemática. La comparación de esclavitudes aparece ante todo en los capítulos sobre “población” (aquí todos los aspectos de la demografía moderna, pero ante todo también la diferencia entre esclavitud rural y urbana y crecimiento de las poblaciones esclavas), “comercio” (tanto exportación de azúcar y café como trata de esclavos, importaciones de madera, ganado y harina) así como “agricultura” (“gran” Cuba, ingenios y economía de producción del azúcar, sus estructuras y costos). Por lo demás, llama la atención una interesante omisión de material del diario: Humboldt no publica por ninguna parte sus conocimientos de sucesos en que los esclavos fueron actores por derecho propio. Pero se refiere a Haití mismo, es decir, un Estado como actor. Y más importante aún, Humboldt tiene a Haití, “patrimonio de los etíopes”[2], por posible núcleo de una “Confederación Africana de Estados Libres de las Antillas [African Confederation of the Free States of the Antilles]”[3]; hoy emplearíamos el concepto “África en América”, una Afroamérica caribeña o un Caribe “negro”. En general, Humboldt da mucha importancia al Estado, así describe también a los “negros libres que constituyen un Estado libre en las montañas de Essequibo”, el cual debía ser contado después entre esos “Estados libres”.

Tras la población negra o de color, esclavizada o libre de Cuba, había un gran grupo caribeño de más de dos millones de personas, cantidad que quedó recogida en las anotaciones de Humboldt; en Brasil, en 1819, había aproximadamente 1,1 millones de esclavos dentro de una población de unos 3,5 millones de personas (de ellos unos 2,5 millones libres).[4] El erudito universal prusiano habla, en su Essai politique sobre Cuba, de 2 360 000 personas de color, o el 83 por ciento de la población en el Caribe.

Pero, con todo, el ensayo publicado sobre Cuba (y Haití) es una retórica de ciencia política e histórica que se dirige a las élites locales de esclavistas. El autor ignora en gran parte el hecho de que Cuba es aún una colonia (al igual que el papel de la iglesia y la religión). Humboldt escribe a la élite de Cuba en su libro: si no erradicáis la esclavitud humana por vías reformistas, vendrán las “venganzas de la población servil”(como en Venezuela)[5], la “sangrienta catástrofe”[6], igual que en Saint-Domingue. El interlocutor afín de Humboldt para esta meta en Cuba fue Francisco de Arango y Parreño (1765-1837). En la década del veinte, Arango arribó a concepciones semejantes a las de Humboldt. Por eso la amistosa correspondencia entre Arango y Humboldt[7] (aunque el ensayo de Humboldt sobre Cuba fue prohibido casi de inmediato en la isla[8]).

Comparaciones directas se encuentran en el Essai politique sobre Cuba, de Humboldt, en los capítulos “Población”, “Agricultura” y “Sobre la esclavitud” (=la prédica contra la esclavitud). Se trata de comparaciones de cifras (personas, “reproducción natural” y cantidades de producción), como se pueden encontrar aún en el siglo XX (y a menudo citando aún las cifras de Humboldt) en la literatura sociohistórica. Humboldt compara las cifras de población y la parte correspondiente a los grupos poblacionales en particular (esclavos, libres de color y blancos) en Cuba, Jamaica, las Antillas británicas (hoy diríamos: el Caribe británico), todo el archipiélago de las Antillas, los EEUU y Brasil. Las mayores cantidades de esclavos y las menores de otros grupos poblacionales las tienen Jamaica (85% esclavos, 10% libres de color y 6% blancos), todas las Antillas británicas (0,81%, 10% y 9%), seguidas por Brasil (51%, 26% y 23%), así como Cuba (36%, 18%, 46%) y los EEUU (16%, 3%, 81%). Es importante el señalamiento de Humboldt en relación con las cantidades para todo el “Archipiélago de las Antillas” (40%, 43%, 17%): “No perdemos de la vista que desde Haití se emancipó [en alemán dice “liberación” - M.Z.] hay ya en el archipiélago entero de las Antillas más hombres libres negros y mulatos que esclavos”.[9] Y dijo aún más en el sentido de su retórica de reformas: “En todo el archipiélago de las Antillas, las personas de color (negros y mulatos, libres y esclavos) constituyen una masa de 2 360 000 o el 83/100 de toda la población. Si dentro de poco la legislación de las Antillas no experimenta cambios favorables al estado de derecho de las personas de color, si se continúa aconsejando en vez de actuar, el mayor peso político recaerá en aquellos que poseen la fuerza para el trabajo, la voluntad de liberarse, y el valor de sufrir largas privaciones”[10]

En el tema “reproducción natural” de las poblaciones de esclavos, y trata de esclavos, Humboldt va primero a una comparación explícita entre Cuba y Jamaica. A Humboldt le parece que el resultado “si se compara la isla de Cuba con la Jamaica, el resultado parece ser en favor de la legislación española, y de las costumbres de los habitantes de Cuba. Estas comparaciones demuestran en esta última isla [Cuba], un estado de cosas infinitamente más favorable a la conservación física y a la manumisión de los negros ...”.[11] Tannenbaum y Elkins saludan.[12] Después Humboldt escribe frases que también el autor de “Time on the Cross”[13] debió leer con gusto: “Yo no ponderaré el trato que se da a los negros en las partes meridionales de los Estados Unidos, pero es cierto que existen diferentes grados en los padecimientos de la especie humana. El esclavo tiene una cabaña y una familia, no es tan desgraciado como el que está apriscado como si formara parte de un rebaño de carneros [Humboldt se refiere aquí a los barracones en Cuba[14] – M.Z.]. Cuanto mayor es el número de los esclavos establecidos con sus familias en las cabañas que creen ser propiedad suya [[15]], tanto más rápida es su multiplicación”.[16] Humboldt analiza las cifras sobre reproducción de la población esclava en los EEUU de 1780 a 1820, que indican una tasa de aumento de 26 por milla.[17] Arango, en sus notas marginales sobre el ensayo de Humboldt sobre Cuba, hace exactamente en este pasaje el famoso comentario de inigualable sequedad: “Ese documento es uno de los comprobantes de la Representación [de 1811[18]], y en ella se explica muy bien que el sentido de la frase que se copia no es el que se presenta por el señor Barón, a quien suplico que modere su rigor”.[19]

Una tercera comparación, la más amplia, se encuentra en Humboldt en relación con el “rendimiento” (producción de azúcar) y la “salida” (exportación de azúcar) entre Cuba, Jamaica, Barbados, Granada (Grenada), Saint Vincent y Trinidad, la totalidad de las “Antillas británicas”, de las “Antillas francesas” y de todo el “Archipiélago de las Antillas”, así como las Guayanas británica, holandesa y francesa, y Brasil. Louisiana (1825) sólo es mencionada al margen.[20] La totalidad la compara después Humboldt con Saint-Domingue 1788, 1799 y hacia 1825. Hacia 1825 la exportación de Haití sería “casi nula”; Brasil, Cuba y las Guayanas con sus 2 526 000 Sklaven exportarían tres veces tanto azúcar como Saint-Domingue en la época de su mayor productividad, 1788.[21]

Hay otras comparaciones, por ejemplo, la de los precios del azúcar y sus fluctuaciones en relación con las cifras aportadas por los diferentes censos en Cuba desde 1784 hasta 1829[22]; Humboldt trata también implícitamente los transfers, por ejemplo, cuando habla de la organización interna y sistémica de las plantaciones, de la tecnología de elaboración del azúcar, de los rendimientos del suelo y de la caña de azúcar, como también sobre las repercusiones de la revolución de Saint-Domingue en las diferentes colonias productoras de azúcar (en un momento hasta en Java o también Réunion) y en Europa. De especial importancia son las exposiciones sobre cómo se difunden en forma de transfers las políticas de miedo y de seguridad por parte de los amos en las sociedades esclavistas de América[23], y la comparación de la abolición en las “nuevas repúblicas” (=las repúblicas surgidas de las guerras de independencia de los criollos contra España, las que después constituirían Latinoamérica) con el sur de los EEUU, donde la cantidad de esclavos iba en aumento y se hacían notar los efectos de la “imprevisora y corrupta ley [=Missouri Bill]”.[24]

Apenas se ha estudiado el capítulo “Apéndices”, que Humboldt publicó en 1831, después de regresar a Berlín tras su expedición a Rusia. Aquí se encuentran las maravillosas comparaciones de los ingresos de Colombia (la llamada “Gran” Colombia de Simón Bolívar, Humboldt ya había aconsejado antes a las élites cubanas organizar la emancipación de la esclavitud como la legislación de manumisión en la “Gran” Colombia[25]) y Cuba, el elogio del crecimiento económico en la “bella isla de Puerto Rico“ (naturalmente, al igual que en Cuba, mediante la esclavitud masiva) y su comparación con Jamaica y Cuba.[26] Y Humboldt elogia el “reconocimiento” de Haití por Francia en 1825.[27] Pero no menciona las reparaciones a Francia, que arrojaron para siempre a Haití al estado de un país “del cuarto mundo” avant la lettre, en una época en que el mundo aún se entendía como “un mundo”. Aquí Humboldt fue muy poco post-colonial – pero la distancia con respecto al colonialismo del siglo XVIII, que parecía acabado con las revoluciones americanas contra Europa (EEUU, Haití, Hispanoamérica, 1776-1830), era aún muy poca.



[1] Humboldt, Cuba-Werk, p. 154.

[2] En la traducción alemana dice “imperio de los etíopes”: Humboldt, Cuba-Werk, pp. 80-81, nota al pie; Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo Político …, p. 196, nota (30).

[3] En la traducción española de 1827 dice “confederación americana [sic, en vez de africana – M.Z.] de los estados libres de las Antillas”, en: ibíd., p. 174.

[4] “The Population of Colonial Brazil”, en: The Cambridge History of Latin America, 11 vols., ed. de Bethell, Leslie, Cambridge: Cambridge University Press, 1984-1995, II (1984), pp. 37-63, aquí p. 63 (Table 5).

[5] Humboldt, Cuba-Werk, p. 159. Thrasher omite esta parte (p. 148); Puig-Samper; Naranjo Orovio; García González (eds.), Ensayo Político …, p. 303.

[6] Humboldt, Cuba-Werk, p. 64; Puig-Samper / Naranjo Orovio / García González (eds.), Ensayo Político …, p. 174.

[7] En 1827 Francisco Arango y Parreño escribió a Humboldt, dándole las gracias por su libro: “Mi mui apreciable am.º y sr: encargué a mi primo que anticipase á V. mis expresivas gracias por el favor que me hace en su preciocisimo Ensayo sobre esta Isla, y la añadi al propio tiempo que le ofreciera de mi parte algunas observaciones sobre los principales hechos que se encuentran en la obra – Me la presentaron por desgracia con termino mui angustiado, y en esa precipitacion, no sé si me habré extdido [extendido? M.Z.], ó si he dejado, ni deci todo lo qe podia – De lo que estoi mui seguro es de mi buena intencion, y que he tenido otro estimulo para extender esas [?] notas y enviar esos documentos, que en mi etma [extremísima? M.Z.] amistad y sincera gratitud al filósofo viagero que admiran todas las naciones cultas ...”, Carta de Arango al Baron de Humboldt, La Habana, 30 de Julio 1827, Staatsbibliothek zu Berlin – Preußischer Kulturbesitz, Handschriftenabteilung, Nachl. A. v. Humboldt, K 7b, Mp. 68.

[8] En este mismo año de 1827 se prohibió la circulación del Ensayo político en la isla. Andrés de Zayas dijo en el cabildo de La Habana: “... que esta obra bajo muchos aspectos apreciabílisimos era sin embargo sobremanera peligrosa entre nosotros por las opiniones de su autor acerca de la esclavitud y mas que todo por el cuadro tanto mas terrible cuanto presenta las gentes de color de su inmensa fuerza en esta Isla, y su preponderancia excesiva  en todas las Antillas y las costas del continente que nos cerca”, véase: “Expediente en que el exmo. Ayuntam.to, sobre que se recoja la obra del Barón de Humboldt titulado ensayo politico de la Isla de Cuba y que se nieguen las licencias a la gente de color, para escuelas”, en: Boletín del Archivo Nacional, La Habana, LVI (enero-diciembre 1957), pp. 32-33, citado también en: Puig-Samper / Naranjo Orovio / García González (eds.), Ensayo Político …, p. 91.

[9] Humboldt, Cuba-Werk, pp. 63 y 64. Thrasher, “Comparative Population of the Antilles and the United States”, in: Humboldt, The Island of Cuba, p. 124; Puig-Samper / Naranjo Orovio / García González (eds.), Ensayo Político …, p. 174.

[10] Humboldt, Cuba-Werk, p. 64; Humboldt, The Island of Cuba, p. 124; Puig-Samper / Naranjo Orovio / García González (eds.), Ensayo Político …, p. 174.

[11] Humboldt, Cuba-Werk, p. 90; Humboldt, The Island of Cuba, p. 142; Puig-Samper / Naranjo Orovio / García González (eds.), Ensayo Político …, p. 207.

[12] Tannenbaum, Slave and Citizen: The Negro in the Americas; Elkins, Stanley M., Slavery: A Problem in American Institutional and Intellectual Life, Chicago: University of Chicago Press, 1959; en cuanto a la historiografía: Kolchin, Peter, A Sphinx on the American Land: The Nineteenth-Century South in Comparative Perspective, Baton Rouge: Louisiana State University Press, 2003 (Kolchin ni siquiera menciona a Humboldt!).

[13] Fogel, Robert William / Engerman, Stanley, Time on the cross, New York / London: W.W. Norton & Company, 1995 (1ª edición 1974).

[14] Pérez de la Riva, Juan, El barracón y otros ensayos, La Habana: Ed. de Ciencias Sociales, 1975; Moreno Fraginals, El Ingenio. Complejo económico social cubano del azúcar, 3 vols., La Habana: Ed. de Ciencias Sociales, 1978, II, pp. 68-75; Martín Brito, Lilia, “Los barracones de esclavos en la antigua región de Cienfuegos”, en: ISLAS 85, Santa Clara (septiembre-diciembre 1986), pp. 74-103; Zeuske, Geschichte der Sklaverei auf Kuba, 1492-1973 (de próxima aparición).

[15] En cuanto a los derechos tradicionales de propiedad en la esclavitud, véase: Scott / Zeuske, “Property in Writing, Property on the Ground: Pigs, Horses, Land and Citizenship in the Aftermath of Slavery, Cuba 1880-1909”, en: CSSH XLIV, 4 (October 2002), pp. 669-699.

[16] Humboldt, Cuba-Werk, p. 91; Humboldt, The Island of Cuba, pp. 142-143; Puig-Samper / Naranjo Orovio / García González (eds.), Ensayo Político …, p. 207.

[17] Ibíd.

[18] Se trata de la tristemente célebre Representación de 1811 (para mí, un documento fundacional del racismo moderno en el ámbito atlántico): Arango, “Representación de la Ciudad de la Habana a las Cortes, el 20 de julio de 1811, con motivo de las proposiciones hechas por D. José Miguel Guridi Alcocer y D. Agustín de Argüelles, sobre el tráfico y esclavitud de los negros; extendida por el Alférez Mayor de la Ciudad, D. Francisco de Arango, por encargo del Ayuntamiento, Consulado y Sociedad Patriótica de la Habana”, en: Arango, Obras, II, pp. 145-189.

[19] Puig-Samper / Naranjo Orovio / García González (eds.), Ensayo Político …, p. 207, nota 53.

[20] Humboldt, Cuba-Werk, pp. 98-106; Humboldt, The Island of Cuba, pp. 156-159; Puig-Samper / Naranjo Orovio / García González (eds.), Ensayo Político …, pp. 217-224.

[21] Humboldt, Cuba-Werk, p. 104; Humboldt, The Island of Cuba, p. 158; Puig-Samper / Naranjo Orovio / García González (eds.), Ensayo Político …, p. 222; véase: Tomich, “Small Islands and Huge Comparisons. Caribbean Plantations, Historical Unevenness, and Capitalist Modernity”, in: Tomich, Through the Prism of Slavery. Labor, Capital, and World Economy, Boulder [etc.]: Rowman & Littlefield Publishers, 2004, pp. 120-136.

[22] Kiple, Kenneth F., Blacks in Colonial Cuba, 1774-1899 (Latin American Monographs, 17), Gainesville, Fla: The University Press of Florida, 1976; Johnson, M. Sherry, The social transformation of eighteenth century Cuba, Gainesville [etc.]: University Press of Florida, 2001.

[23] Humboldt, Cuba-Werk, pp. 154-169; Puig-Samper / Naranjo Orovio / García González (eds.), Ensayo Político …, pp. 299-311; véase también: Marquese, Rafael de Bivar, Feitores do corpo, missionários da mente. Senhores, letrados e o controle dos escravos nas Américas, 1660-1860, São Paulo: Companhia das Letras, 2004.

[24] Humboldt, Cuba-Werk, pp. 160-161; Puig Samper / Naranjo Orovio / García González (eds.), Ensayo Político …, pp. 304-305.

[25] En realidad esta legislación formaba códigos para la reconstrucción de la esclavitud. Esta legislación demoró el proceso de emancipación (con indemnización para los señores) más de treinta años, hasta mediados de los cincuenta del siglo XIX. A la legislación de manumisión de Colombia vuelve a referirse explícitamente Humboldt en su última carta (conocida) a Bolívar: “En el volumen del Viaje que acaba de salir he hablado de la emancipación de los negros. Es la República de Colombia la que ha dado el ejemplo, y esta medida humanitaria y prudente a un tiempo, se debe al desinterés del general Bolívar ...”, citado según: Minguet, Charles, “Las relaciones entre Alexander von Humboldt y Simón Bolívar”, en: Bolívar y Europa en las crónicas, el pensamiento político y la historiografía. Investigación dirigida por Alberto Filippi, prólogo de José L. Salcedo-Bastardo, 3 vols., vol. 1 (siglo XIX). Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República 1986, pp. 743-754, p. 751 (doc. 214c); véase también: Humboldt, Reise in die Äquinoktial-Gegenden des Neuen Kontinents, Ette, Ottmar (ed.), 2 vols., Frankfurt am Main / Leipzig: Insel Verlag ²1991, II, p. 1507: “Für den Zustand der Sklaven sind heilsame Veränderungen im Gange. Den Gesetzen der neuen unabhängigen Staaten zufolge wird die Sklaverei allmählich erlöschen: schon hat die Republik Kolumbien das Beispiel einer allmählichen Freilassung gegeben. Diese ebenso menschliche wie kluge Maßnahme ist GENERAL BOLIVAR zu danken“; Zeuske, “Kontinentale Emanzipationswege” [Emancipaciones continentales], en: Zeuske, Sklavereien, Emanzipationen und atlantische Weltgeschichte ..., pp. 202-213; Ramos Guédez, José Marcial, “Simón Bolívar – la abolición de la esclavitud en Venezuela 1810-1830. Problemas y frustración de una causa”, in: Revista de Historia de América, 125 (jul.-dic. 1999), pp. 7-20.

[26] Humboldt, Cuba-Werk, p. 202; Puig-Samper / Naranjo Orovio / García González (eds.), Ensayo Político …, p. 383, nota (29).

[27] Menzel, Gerhard, Der schwarze Traum vom Glück. Haiti seit 1804 [El sueño negro de la felicidad. Haití a partir de 1804], Frankfurt am Main [etc.]: Peter Lang, 2001 (Beiträge zur Kirchen- und Kulturgeschichte, Bd. 11), pp. 70-87.

 

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