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Stand: 12. August 2005
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Ursula Thiemer-Sachse

El “Museo histórico indiano” de Lorenzo Boturini Benaduci y los esfuerzos del erudito alemán Alejandro de Humboldt para preservar sus restos para una interpretación científica

Lateinamerika-Institut der Freien Universität Berlin

  

  1. Las experiencias y preocupaciones de Alejandro de Humboldt

Entre los esfuerzos destinados a salvar los documentos, se encuentran los de Alejandro de Humboldt (1769-1859) quien intervino ante al comportamiento descuidado de la administración colonial. Fue en 1799 a 1804, medio siglo más tarde y bajo las nuevas condiciones del régimen colonial, a raíz de las reformas borbónicas, que el erudito alemán pudo viajar con un permiso exclusivo del rey por la América española. En esta ocasión, en 1803, durante su estancia en México, tuvo la oportunidad de ver restos de esta fantástica documentación boturiana en diferentes archivos de la capital del virreinato. Supo aprovecharlos para su obra científica sobre México; compró unos y se hizo notas sobre otros de estos documentos indígenas.

 

Pero también Humboldt, a pesar de que tenía condiciones muy favorables para realizar sus estudios, sospechó la ignorancia de algunas de las autoridades coloniales. Pues había tenido la oportunidad de observar las intrigas en la corte española durante su estancia para la preparación del viaje y familiarizarse con la llamada “madre patria” antes de zarpar. Cuando partió en 1799 desde el puerto de La Coruña en su famoso viaje, Humboldt miró con insistencia al Castillo de San Antonio donde, como supo, estaba encarcelado desde hacía ya tres años el infortunado viajero italiano Alessandro (Alejandro) Malaspina (1754-1809), antes en servicio a la corona española. Humboldt lo recordó el destino al infeliz Malaspina con mucho desagrado e irritación, no solamente en ese mismo momento sino también más tarde durante su viaje de estudios (Humboldt 2000: 58, 423; Faak en Humboldt 2000: 448, 576). No se recató de publicar sus reparos a caer de la situación de Malaspina en su famosa obra “Relación de Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente”, sin tomar en cuenta una posible reacción de la corte española a su crítica (Humboldt 1991 a: 64).

 

Pero lo más esencial es que para Humboldt no fue solamente una reacción humanista a favor de ese preso; sino pensó en su propia situación más tarde, a fines de su viaje de cinco años. De la misma forma pensó en el infortunio de Boturini, cuando preparó con mucho cuidado el embarque de todos los materiales que había recolectado durante su expedición. Quiso asegurarse que sus colecciones no cayeran en manos de la administración virreinal. La experiencia a caer en contactos personales con oficiales del poder colonial así como el destino de Malaspina y Boturini le hicieron sospechar que él mismo también podría ser confrontado con la ignorancia de los oficiales españoles y por lo tanto perder el material científico. Es por esto que Humboldt se decidió a tomar una ruta por Filadelfia. Anotó en su diario de viaje que solamente había hecho este desvío para salvar sus manuscritos y colecciones de la – como él dijo - pérfida política española [1].

 

Todo esto es la temática del presente trabajo, una contribución a la historia de nuestra disciplina, la antropología americana: esfuerzos personales, adversidades contemporáneas, descuido posterior y por último, su resguardo. Por otro lado para preservarnos las fuentes en las cuales todavía tenemos que basar nuestros análisis del mundo autóctono prehispánico e indioamericano colonial.



[1] “[...] un voyage de Philadelphie qui ne paraissait pas de toute nécessité (quoique entrepris pour sauver nos m[anu]s[crit]s et collections contre la perfide politique espagnole)[...]” (Humboldt, 1986: 397-398 ). Véase sobre la problemática de sus experiencias sobre el destino de Malaspina y Boturini: Faak (en Humboldt 1990: 383, nota 727).

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